PROTAGONISTAS
Tiene 40 años

Quiere ser embajador de EE.UU. en la Argentina por amor al país

William Durham es financista y no es diplomático de carrera. Dice que no es un político en busca de favores y que “Macri es similar a Trump”.

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William Durham | William Durham

El sueño de William Durham es ser embajador de Estados Unidos en la Argentina. Sin experiencia diplomática, una cuestión de tinte emocional parece acercarlo a su añorado objetivo: ama nuestro país. Prueba de esto es que ha estado varias veces aquí, disfrutando de los paisajes patagónicos y del ecosistema moderno y juvenil de Palermo. “Estuve en Argentina varias veces y pasé la mayor parte de mi tiempo en Buenos Aires. También en La Plata y en el sur del país, donde un amigo tiene su estancia”, cuenta a PERFIL este financista de 40 años titular de Birnam Woods, la compañía de inversiones que creó en 2015.

Según relata Bill –así le gusta que lo llamen–, envió el 30 de diciembre una carta y su currículum a greatagain.gov, el sitio web de campaña de Donald Trump, desde donde recibió una nota formal de agradecimiento y le confirmaron que su ofrecimiento para ser embajador en nuestro país será considerado. “Además hay dos personas muy allegadas a Trump que me han manifestado su apoyo”, agrega William, quien además es fanático de los deportes extremos. Una de sus pasiones es el montañismo.

—¿Qué posibilidades reales tiene de ser embajador?

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—Estoy calificado. Entiendo sobre relaciones y he tenido éxito en los negocios. Soy un patriota y tengo experiencia en Argentina. No soy un político de carrera buscando favores. De hecho, no soy en absoluto un político, ni tengo ambición alguna de entrar en ese mundo. Quiero devolverles todo lo que pueda a mi país y a la Argentina con trabajo, no sólo con cenas de lujo. Quiero estar en contacto con las personas y las empresas de ambos países para crear oportunidades. Creo que la visión del presidente Trump de lo que debe ser un embajador es la misma que la mía. Por lo tanto, tengo muy buenas posibilidades.

—¿Conoce a Trump?

—Lo conocí el año pasado. Desde entonces, también tuve la oportunidad de coorganizar un evento con uno de sus hijos, recaudando fondos para la campaña presidencial.

—Estuvo en Argentina varias veces. ¿Qué recuerda?

—Estuve mucho por Recoleta y Palermo. ¡Me encanta su comida! Sobre todo las empanadas, los bifes, las papas fritas... ¡y el vino! Y por supuesto me gusta mucho la gente. Me encanta la pasión que tienen, nunca vi algo semejante. Estoy entusiasmado con la elección de Macri: es muy similar a Trump, un hombre de negocios inteligente que no está influenciado por la política y que tomará buenas decisiones económicas.  

—Argentina es un país, precisamente, con varios problemas socioeconómicos. ¿Por qué elegir este país y no otro?

—Los problemas son oportunidades. En mi opinión, tenemos dos líderes que van a centrarse en políticas que van a romper las barreras y crear oportunidades como no hemos visto desde hace más de una década. El futuro es muy brillante para ambos países.

—¿Estás dispuesto a dejarlo todo para ser embajador?

—Sí. Mi familia es muy solidaria. Están emocionados por la oportunidad. Todos tenemos el compromiso, estamos abocados, ¡y comprometidos a pulir nuestro castellano! (ríe). Esta es la única vez en mi vida que probablemente tendré esa oportunidad.  

—Se está hablando mucho aquí de Daniela Vargas, una joven argentina detenida en Estados Unidos y a punto de ser deportada con su familia. ¿Qué opina de las duras políticas migratorias de Trump?

—Se necesita hacer mucho con respecto a nuestra reforma migratoria. No he estado muy interiorizado en el razonamiento de las acciones que Trump tomó con respecto a asegurar nuestras fronteras, pero él sentía que necesitaba ser duro y rápido. Dicho esto, los problemas surgen en situaciones particulares como las de Daniela. Porque no hubo suficiente tiempo para unificar políticas y procedimientos para manejar eficientemente este tipo de situaciones.