En los 28 años que Rania lleva como reina de Jordania, siempre logró gran cobertura mediática por su estilo que la ubicó como la reina mejor vestida superando incluso a sus pares más famosas Máxima de Holanda y Letizia de España. Y los diseñadores la tienen como influencer porque es de los personajes que imponen tendencia y generan ventas.

En paralelo con ese costado algo frívolo, Rania de Jordania parece haberse convertido en la voz de Jordania en temas por demás delicados como los conflictos que enfrentan a Israel con Gaza y Palestina. Lo hizo en 2024 cuando el Instituto Milken –con cuyo titular, Michael Milken, Javier Milei se iba a entrevistar en la previa a la reciente elección–la invitó como oradora a Estados Unidos; y hace unos días, Rania de Jordania dio una multitudinaria conferencia en Ciudad de México, que organizó Telmex.
Genocidio, la calificación que enfurece el gobierno de Benjamín Netanyahu.
Contexto bélico. En su exposición tomó uno de los temas del coloquio y habló sobre los alcances, desafíos e interrogantes que plantea la inteligencia artificial. Pero fue en el reportaje que le siguió a ese discurso –y en el mismo escenario–, donde Rania de Jordania no esquivó pregunta alguna sobre el conflicto –o genocidio, como ya se lo categorizó– donde Israel parece hacer caso omiso a los críticas internacionales.

“Creo que primero debemos analizar el contexto más amplio, que es el conflicto palestino-israelí que es el más prolongado del mundo actual”, dijo Rania. “En segundo lugar, se trata de la ocupación de un pueblo indefenso por una supuesta democracia. Y en tercer lugar, a lo largo de las décadas de esta ocupación y con su conducta en esta última guerra en curso en Gaza, Israel ha desafiado varias resoluciones de la ONU, el derecho internacional, el derecho internacional humanitario, las convenciones de derechos humanos (...) Se dispara contra personas hambrientas que intentan obtener ayuda. Incluso según publicaron en un informe del ejército israelí, el 83 por ciento de las personas asesinadas en Gaza eran civiles. Para ponerlo en perspectiva, en Ucrania, es el 10 por ciento, y Afganistán, el 8 por ciento. Y no se trata solo de la brutalidad de la guerra, sino de la respuesta global a ella. El mundo tardó dos años en empezar a cuestionarse lo que sucede en Gaza. Es como si cada vez que Israel cruzaba una línea moral o legal, siempre se excusaba, se justificaba, mientras que los palestinos eran vistos como víctimas”.

Objetivo, destruir. Para Rania, la destrucción edilicia de Gaza es “el plan” de Israel en este conflicto. “Lo horroroso de esta guerra es que es totalmente provocada por el hombre. Hoy, Gaza es inhabitable. El 60 por ciento de los edificios han sido destruidos; también toda infraestructura civil fue atacada, ya sean escuelas, hospitales, carreteras, iglesias, mezquitas, agricultura, electricidad, agua... Así que es inhabitable, y no es consecuencia de la guerra, el objetivo es destruir Gaza y hacerla inhabitable, para luego decir: ‘Bueno, aquí no pueden vivir, tiene que irse a otro sitio’”.
Noor de Jordania, la anterior reina, nació en Estados Unidos; es la viuda Hussein de Jordania.
Doble vara. En estos dos años que, según dice Rania, el mundo no miró lo que pasaba en Gaza, dos millones de personas fueron desplazados de sus hogares. Esa demora en cuestionar esta situación, para la reina de Jordania se debe “a que, en lo que respecta a la guerra de Gaza o a este conflicto, siempre ha habido un sesgo en su enfoque, presentando a Israel como el único actor moral (...) Para muchos, Israel no puede hacer nada malo; siempre hay una excusa para justificar lo injustificable. Mientras, a los palestinos se les ha presentado como terroristas o violentos. (...) Cada vez que se intenta explicar el contexto de esta guerra diciendo que esto no empezó el 7 de octubre (de 2023), que hubo décadas de ocupación, apartheid y bloqueos, la gente no quiere escuchar, les parece irrelevante. Solo cuando el sufrimiento se volvió tan imposible de ignorar, la gente empezó a cuestionarse este presente. Y creo que este instinto de defender primero a Israel y preguntar después por qué, es el resultado de un esfuerzo intencional de décadas para deshumanizar a los palestinos, y presentarlos como personas que no merecen los mismos derechos que los demás”.