La reciente desarticulación de una banda que vendía drogas sintéticas en discotecas de Córdoba puso en el centro del debate una tendencia cada vez más preocupante: la proliferación de los llamados ‘caramelos locos’, una potente droga de diseño que se elabora en laboratorios clandestinos del país y que, según expertos, se consume cada vez más entre jóvenes en fiestas electrónicas.
¿Qué son los ‘caramelos locos’ y por qué alarman?
La sofisticación del narcotráfico va un paso adelante: en Argentina, los laboratorios clandestinos pueden fabricar hasta 80.000 dosis de ‘caramelos locos’ en una sola jornada, valiéndose de máquinas e insumos específicos. Esto facilita el abastecimiento masivo y el marketing entre los consumidores, que los reciben con entusiasmo por su supuesta novedad.
Un problema de salud y una falencia en prevención
El caso de Córdoba resultó paradigmático: la banda fue detectada porque el principal vendedor era un DJ, lo que abrió una investigación que confirmó la peligrosidad de las dosis incautadas. Entre lo secuestrado había caramelos locos, 116 pastillas de éxtasis, MDMA, tussi, ketamina, marihuana y casi un millón de pesos. Los operativos posteriores en barrios Villa Páez y Alta Córdoba permitieron incautar miles de dosis adicionales y desmantelar puntos de venta.
El desafío para las autoridades es mayúsculo: los narcos reinventan constantemente sus métodos de comercialización y buscan burlar los controles policiales, mientras la prevención y la información pública no logran ir al mismo ritmo. Así, la amenaza de los ‘caramelos locos’ y otras drogas de diseño se instala como un riesgo urgente para la salud y la seguridad en la noche argentina.