La actual constitución chilena fue implementada en 1980 durante la dictadura de Agustín Pinochet. Esta semana es la más caliente del año para Chile podría hacer que cambie.
El domingo habrá un plebiscito obligatorio para aprobar o rechazar el reemplazo de la actual constitución por una nueva carta magna. Es un momento clave para los chilenos desde la vuelta de la democracia.
El pueblo se encuentra dividido en todos sus niveles. Un diputado y el vicepresidente de la Cámara baja se pelearon al finalizar una sesión. Esta disyuntiva se arrastra desde hace años y fue uno de los temas más presentes en el estallido social de 2019.
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Entre las propuestas para la nueva constitución, Chile se convertiría en un estado plurinacional, buscando reivindicar a los pueblos indígenas, otorgándoles el derecho a autogobierno.
Sin embargo, una gran parte de la población originaria no está de acuerdo con esta movida. Lo cierto, es que más allá del resultado, la polémica seguirá vigente. También existe la posibilidad de aplicar cambios.
De aprobarse, el presidente Boric deberá comunicar la sentencia del resultado en los próximos cinco días y convocar a un congreso pleno para comulgarlo.