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Columna

Las medidas económicas lucen cortas y llegan tarde en plena crisis de confianza

La transitoria baja de retenciones al campo y el estímulo de la tasa de interés en pesos son resoluciones cortas y a destiempo en medio de una crisis de confianza.

La dinámica financiera va muy rápido y las medidas de la semana pasada apuntan a aumentar la oferta de dólares con baja transitoria de retenciones y dar algún estímulo vía tasa de interés a la demanda de pesos, lucen cortas y llegan tarde en medio de una crisis de confianza.

Crisis de confianza coordinada por la escalada de la política y agudizada por el cierre del cepo de mediados de septiembre, con dos restricciones que no habían operado en el cepo anterior. Restricciones que agregaron una enorme incertidumbre respecto a hasta dónde está dispuesto a avanzar para evitar una devaluación del tipo de cambio oficial, sin avanzar con señales fiscales y frente a una escalada de la política.

Por un lado, se afectó la deuda corporativa en dólares emitida en el mercado internacional, disparando sus rendimientos. Al respecto, esta semana el Banco Hipotecario anunció que no pudo refinanciar su deuda en el mercado y queda abierta la duda de cómo va a actuar el Banco Central frente al riesgo de default de un banco local.

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Por otro lado, avanzaron con nuevas trabas al contado con liquidación el implícito en la compra venta de dólares a través del mercado de bonos. De hecho, se prohibió el contado con liquidación a no residentes por un año y hoy los dólares locales valen 10 por ciento menos que los dólares en una cuenta afuera.

La contracara de las medidas cambiarias fue una disparada en la tasa de interés de la deuda en dólares, con bonos que pasaron a cotizar de cotizar en torno al once y medio por ciento en el arranque por canje a tasas entre 17 por ciento en los tramos más cortos y 14 en los tramos más largos. Una brecha cambiaria que pasó del 70 por ciento a casi el 100 por ciento. Una salida de depósitos en dólares que al darse con turnos mantienen un ritmo en torno a 100 millones de dólares diarios y apenas una gauchada la venta de reservas del Banco Central. Recién ayer logró comprar poco menos de 20 millones.

Con una brecha cambiaria en estos niveles, la economía no funciona y la capacidad de reducir la brecha cambiaria que había aparecido detrás del canje de deuda sin holdouts, anunciado a principios de agosto, quedó trabada detrás de la disparada en la tasa de dólares de la economía y de la ruptura del hedge incorporado el riesgo de desdoblamiento cambiario. Esta situación requería un fuerte cambio de expectativas que, de momento, no aparece a la vista. 

Con pocas reservas en el Banco Central, el Gobierno se dirime entre soltar el dólar e intentar estabilizar arriba con un overshooting de tasa de interés y una consolidación fiscal en el marco de un acuerdo con el Fondo o un cierre cada vez más rápido del cepo, incorporando eventualmente un desdoblamiento formal con restricciones al acceso al mercado cambiario y una brecha que rápidamente se va a trasladar a precios y desabastecimiento. La respuesta a esta pregunta y su timing van a definir el escenario de los próximos meses. Por ahora, el frente interno dentro de la coalición de gobierno anuncia que no va a haber devaluación fuerte, cueste lo que cueste.