Transcurren los primeros días de febrero y ya estamos en condiciones de preguntarnos a esta altura cuál será el significado para la Argentina y para el mundo del año 2021. Podemos responder que ante todo este va a ser un año de una transición condicionada por el gran acontecimiento mundial que es la pandemia.
¿Qué significa transición? Bueno, literalmente es una fase de tiempo que transcurre entre una situación y otra. En general, suele usarse para evocar la evolución, el progreso. ¿Qué le puede aguardar en esta fase de transición a la Argentina y al mundo? Creo que dos cuestiones básicas: una es vacunar a la mayor parte de la población y la otra esperar un rebote de la economía.
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Es una aspiración módica para la Argentina y también para el resto del mundo. Aspiramos a esa transición, ¿pero acaso podemos aspirar a pasar de una situación peor a otra situación mejor en otros aspectos? Es muy difícil porque, como dijimos, la transición evoca el progreso, no la circularidad, no la recaída en los mismos problemas de siempre, como le ocurre a la Argentina.
Acá podemos preguntar:¿Habrá transición entre inflación y estabilidad de precios? ¿habrá transición de la grieta al consenso? Tendremos, tal vez, ¿transición de la pobreza al bienestar? Las respuestas son negativas. No parece probable que ninguna de estas transiciones se lleve a cabo. Saldremos de la pesadilla del virus, se recuperará la economía, pero estos problemas los volveremos a enfrentar este año y al cabo de este difícil pasaje.
