La pandemia y la crisis económica influyó en que los precios de los alquileres han subido de manera notoria y los sueldos no alcanzan, no solo para el pago del alquiler sino que también para los gastos que implica una casa propia. Hoy en día irse a vivir solo es prácticamente una utopía.
El promedio de los alquileres supera al salario mínimo, vital y móvil y a esto se le suman los gastos obvios, como los servicios, la garantía, mudanza y el equipamiento del hogar. Por ejemplo, una mesa con cuatro sillas cuesta entre los $12.000 y $30.000, una heladera no baja de los $50.000.
“Si uno analiza los datos de largo plazo en los últimos 5-10 años, los alquileres habían estado por debajo de la inflación porque se pactaron aumentos del 25%, 30%, 35%, explicó el economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales, Nicolás Pertierra. “Los precios y efectos de la pandemia impulsan la descentralización”, expuso.
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Además, el especialista añadió que “los saltos devaluatorio muy bruscos, shocks inflacionarios muy fuertes como en 2014, 2018 y 2019 habían dejado el valor del alquiler, en términos del valor de la propiedad, bastante retrasados”. En este sentido detalló que “los monoambientes y dos ambientes tienen aumentos más del 40% al 50% y los tres ambientes un 60%" .