El próximo ministro de Economía, Sergio Massa hablo de "darle políticas de Estado a los argentinos". Se lo dice mucho en los discursos para quedar bien, porque queda lindo. Ahora en el trabajo concreto hay poco.
Política de Estado. |
Telam
Santo Biasatti
Escuchábamos al próximo ministro de Economía cuando se despedía de la Cámara de Diputados diciendo que, pese a las diferencias y los enfrentamientos que va a haber y que cuando sea el momento político de las elecciones del año que viene esto va a ser de mayor enfrentamiento. Debiera existir entre las distintas manifestaciones políticas la posibilidad de políticas de Estado. En verdad esta es una ambición que parece desmedida, que no todos tienen. Pero que algunos la sostenemos.
Si uno mira con cautela, los países que han desarrollado su capacidad económica en las últimas décadas, parten siempre de crear políticas de Estado. ¿Esto qué significa? Que los grandes núcleos políticos con su representación parlamentaría, con su organización, sus principios que no tienen porque bajarlos (no hay que arrear ninguna bandera, lo que hay que iluminar es la inteligencia) resuelven que hay algunas políticas que van a seguir a través de los gobiernos. Y cuando estas políticas no sirven más, se vuelven a reunir y dan las nuevas pautas. Pero se unen por lo menos para puntos esenciales, fundamentales.
¿Cuál es la debilidad de nuestra política? Hay alguien que establece que algo que decimos: "Está funcionando, está andado bien". Cambia el gobierno, viene el otro y dice: "Yo soy mejor, saque y ponga lo mío". Que no sabemos si es tan bueno y, a veces, ni siquiera es tan bueno.
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La política de Estado tiende a esto. Tiende a que podamos mejorar nuestra calidad de vida con el compromiso de los políticos. No a que pierdan sus principios, sino a que aprendan a elaborar una nueva conducta de la política, este es el requerimiento.
Que es difícil, ¿hay un momento oportuno para hacerlo? Alguien puede decir: "Y justo ahora van a decir eso, si dentro de unos meses cuando empiece la campaña política van a vivir enfrentados de chicana en chicana". Y es cierto, pero en verdad nunca va a haber un momento optimo para empezar. El tema es decir cuando van a empezar, porque ahí está el destino de nuestras familias, de nuestros pibes, está el destino de nuestros mayores. No estamos pidiendo que renieguen de lo que piensan, estamos pidiendo que piensen.
Y esto parece que es un trago muy difícil, de esos que no pasan, que no hay forma de que pase por el garguero. Mientras más lo dilatemos, mientras más tardemos, más comprometemos el futuro. Se lo dice mucho en los discursos para quedar bien, porque queda lindo. Ahora en el trabajo concreto hay poco.
No perdamos las esperanzas, alguien alguna vez va a reaccionar como corresponde y ese alguien, básicamente, es usted, somos nosotros.
