Ecuador y Colombia dieron a conocer esta semana sus planes para evacuar a sus ciudadanos en la ciudad china de Wuhan, epicentro del brote de coronavirus. Brasil y Uruguay hicieron lo mismo, aunque cada país afrontó de forma diferente los operativos. Sin embargo, el gobierno argentino no dispuso ningún operativo especial de control para aquellos ciudadanos que regresaron desde China, y el Ministerio de Salud dijo que confían en el “autocontrol”.
"El día que llegamos a Beijing, el 23 de enero, el tema explotó en todos lados. Los casos habían aumentado a miles. Fue catastrófico", contó Iñaki Reche, un joven oriundo de Neuquén que viajó a China con su padre. "Notamos un cambio tremendo, la gente empezó a taparse la cara, en la calle no se veía a nadie. No veías a nadie sin barbijo. Fue una locura el cambio".
Al volver a Argentina, Iñaki y su padre se sorprendieron: "No nos hicieron ningún tipo de control. Nos habían dicho que nos iban a tomar la temperatura, que nos iban a separar...un montón de cosas, pero cuando llegamos pasó totalmente lo contrario. Agarramos las valijas y nos fuimos", afirmó. "Para salir de China nos hicieron todos los controles correspondientes y acá entramos al país como si nada", contó a Todo Noticias.
María Viviana Herrera, otra turista argentina que estuvo en China en pleno brote del COVID-29, dijo que al volverse la situación “realmente complicada” decidió con su grupo regresar a la Argentina: “Viajamos las 29 horas del viaje desde Shangai a Buenos Aires con el barbijo puesto, no sólo para protegernos a nosotros, sino para proteger a cualquiera ante la eventualidad de que pudiéramos estar transportando el virus, aunque ninguna tuvo síntomas”.
“Cuando llegamos, decidimos quedarnos aisladas, yo me quedé en Buenos Aires sola en un departamento sin contacto con la gente como medida preventiva, y justamente lo hicimos así por criterio personal, porque no sabíamos cuáles eran las medidas adecuadas”, contó Herrera.
Las explicaciones del gobierno
Citado por Clarín, el ministerio dirigido por Ginés González García justificó la ausencia de medidas diciendo que no existe una orden o recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre controlar la temperatura o demás síntomas en los aeropuertos. Además, el panorama que enfrenta nuestro país es mejor que la coyuntura en la que se encuentran otros países porque "estamos lejos, no hay vuelos directos (a China) y estamos en verano", dijo el ministro.
González aclaró días atrás que el gobierno cuenta con “todos los mecanismos de control para identificar el coronavirus si hubiera un síndrome febril acompañado de una neumonía y la sospecha de caso, aunque no tenemos ninguno”. “Nos mantenemos en comunicación directa con los expertos mundiales. Tenemos toda la capacidad para reaccionar y estamos en vigilancia absoluta”, afirmó.
La semana pasada, González García había advertido contra el “bombardeo mediático con el asunto del coronavirus” y explicó que “fuera del cuerpo humano, que es el único reservorio, el virus no vive más de 10, 11 horas, así que no hay posibilidad de que se traslade en alimentos o materiales”, por lo que sería imposible que el COVID-19 llegara al país.
A fin de elevar la vigilancia el Ministerio de Salud emitió un alerta epidemiológico basado en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los viajeros internacionales las cuales especifican:
- Promover entre los viajeros la búsqueda de atención médica en el caso que presenten sintomatología compatible con cuadro respiratorio respiratoria aguda antes, durante, o después de un viaje internacional, especialmente si estuvieron en los países afectados.
- Promover, entre los viajeros que arriban y salen del país, las buenas prácticas y la conducta para reducir el riesgo general de infecciones respiratorias agudas durante los viajes, tal como toser en el pliegue del codo y la higiene de manos frecuente como acciones fundamentales.
- A los viajeros con destino a la ciudad de Wuhan, se recomienda eviten el contacto tanto con individuos que presentan enfermedades respiratorias agudas o asistir a lugares con presencia de animales de granja o salvajes, vivos o muertos e ingerir alimentos crudos.
Argentinos, brasileños y uruguayos salieron de China
Un total de 2.004 personas murieron y 74.185 se contagiaron en China continental desde el inicio del brote en diciembre. Además otras cinco personas fallecieron por el virus en Hong Kong, Filipinas, Taiwán, Japón y Francia y unas 900 lo contajeron en una treintena de países y territorios autónomos chinos. La evacuación de los 11 argentinos que estaban en la provincia china de Hubei se realizó gracias a la ayuda del gobierno de Ucrania, que colaboró con el traslado a Kiev, donde permanecerán en cuarentena durante dos semanas, según informó la Cancillería argentina.
En Brasil, los repatriados inician una cuarentena de 18 días en la base aérea de Anápolis, en el Estado de Goiás, en el paso final de la denominada 'Operación Regreso'. Durante su estancia, son evaluados tres veces al día por la Secretaría de Salud de Goiás y reciben seis comidas diarias supervisadas por nutricionistas. También cuentan con apoyo psicológico y pedagógico, servicio religioso, internet, televisión por cable, videojuegos y biblioteca, entre otros.
El Gobierno de Uruguay, por su parte, no recurrió a Ucrania, sino a Francia para facilitar la evacuación de sus ciudadanos en Wuhan. Al ser solamente dos los uruguayos en la ciudad china, la Cancillería uruguaya logró concretar gestiones para que fueran incluidos en un avión enviado por el Gobierno francés para repatriar a sus connacionales. Viajaron a París en un avión militar y desde el aeropuerto de Istres, sur de Francia, los dos uruguayos y los demás ocupantes fueron trasladados a un hotel a 25 kilómetros de Marsella para iniciar una cuarentena.
DS