Pasajeros del crucero "Diamond Princess", donde se detectaron más de 540 casos de contagio por el nuevo coronavirus, comenzaron a abandonar el barco este miércoles, después de 14 días de cuarentena en Japón. Se trata de alrededor de 500 de los 3.700 pasajeros que viajaban sin síntomas que dieron negativo y que no tuvieron contacto con personas portadoras del virus desembarcarán durante el día, informó el ministerio de Salud japonés.
"Me siento aliviado (...). Quiero descansar", declaró a los periodistas un japonés de 77 años, que dijo que usaría el transporte público. ¿Y la vida a bordo? "Era cómoda (...) Estoy bien", comentó. El número de infecciones a bordo de este crucero, atracado en Yokohama, en los suburbios de Tokio, se multiplicó desde principios de febrero y el martes 18 se contabilizaban al menos 542, lo cual desató las críticas sobre cómo se gestionó la cuarentena.
Las 3.711 personas de 56 países a bordo (2.666 pasajeros y 1.045 tripulantes) realizaban un crucero por Asia que se convirtió en una pesadilla, entre el miedo a contraer una neumonía viral que puede ser mortal y el aburrimiento infinito por estar confinados en camarotes, a veces sin ventana y con un corto paseo por cubierta como única distracción. "Si usted y su compañero de camarote dan negativo y no tienen síntomas respiratorios ni fiebre, pueden prepararse para desembarcar", anunciaron las autoridades el martes a los pasajeros en una carta, en la que precisan que la operación llevará tres días.
"Preocupación" en un ambiente de lujo
"Seguimos a la espera de los resultados de las pruebas, así que no nos entusiasmemos demasiado. La sensación actual es de preocupación", dijo Matt Smith, un abogado estadounidense a bordo. David Abel, un pasajero británico que se hizo famoso con sus mensajes de video entusiastas al comienzo de la cuarentena, lo resumió así: "Nos afecta a todos. No solo a mí, a los demás también. Lo más duro es no saber qué va a pasar, y empieza a afectarnos mentalmente. Es muy difícil concentrarse en algo". Más tarde anunció que la prueba de su esposa Sally dio positiva.
El "Diamond Princess" es, con diferencia, el foco de portadores de virus más importante después de China, con más contagiados que en el resto del mundo. Cada día se detectaron decenas de nuevos casos a bordo, lo que lleva a cuestionar la eficacia de la cuarentena, durante la cual los pasajeros podían pasear en pequeños grupos por la cubierta con mascarillas, y el personal distribuía la comida por los camarotes.
Varios países decidieron enviar aviones para repatriar a sus ciudadanos. Estados Unidos, por ejemplo, ya evacuó a 300 el domingo en avión, junto con 14 pasajeros que dieron positivo justo antes de la salida. Viajaron en un "área de aislamiento especial" a bordo del aparato. Más de 100 estadounidenses todavía siguen en el buque, precisaron los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos.
El miércoles por la mañana, Corea del Sur repatrió en avión a seis de sus ciudadanos y a un cónyuge japonés, que deberán pasar 14 días de cuarentena, informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap. Los otros ocho surcoreanos que siguen a bordo regresarán a su país una vez que los tests den negativos, precisó la agencia.
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Canadá por su parte anunció que evacuará antes de que termine la semana a los canadienses que dieron negativo y los someterá a 14 días de cuarentena. De los 256 canadienses a bordo, 43 son portadores del virus y los tratará el sistema de salud japonés, informó el gobierno canadiense. Entre tanto, el Reino Unido, Hong Kong y Australia se comprometieron a repatriar a sus ciudadanos, con 14 días de confinamiento a su regreso.
La tripulación, por su parte, se someterá a una cuarentena una vez que el último pasajero se haya ido.
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El confinamiento fue un "grave error"
Amontonar a miles de personas en cuarentena a bordo del Diamond Princess confirmó ser un experimento que empeoró las cosas, sostienen expertos de distintas áreas. "Es contraproducente además de que moralmente discutible", sostienen los expertos consultados por el diario The Guardian.
Según Roojin Habibi, abogado especializado en leyes sanitarias internacionales, el experimento se reveló "contraproducente", transformando en tiempo real al crucero en una incubadora del virus, como así también, en un "caldera caliente" de contagio.
Según Clara Wenham, asistente docente en la Escuela de Políticas Económicas sanitarias globales de Londres, el hecho de que Estados Unidos haya evacuado el barco y haya llevado a sus ciudadanos de regreso a casa, como Italia y otros países, solo aumentó dudas sobre la necesidad real de obligar a las personas a permanecer a bordo del Diamond Princess.
"A los estadounidenses se les permitió desembarcar de todos modos para llegar al aeropuerto. Si se considera que esto es seguro, por qué los otros no pueden pasar la cuarentena en otro lugar?", se preguntó la experta. Pero la decisión de Japón es puesta en dudas también desde el punto de vista moral. Según Mark Eccleston-Turner, docente de legislación sanitaria internacional en la Universidad Keele, las condiciones a bordo, a pesar de las garantías de las autoridades japonesas, "son preocupantes y los derechos humanos parecer haberse convertido en un problema secundario en esta emergencia".
En etapa inicial de contagio
El brote permanece en su etapa inicial en Japón, dijo un panel de expertos japoneses del Ministerio de Salud. "Acordamos que la situación actual representa la etapa inicial de un brote doméstico. Esto podría progresar aún más", dijo Takaji Wakita, jefe del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, que preside el panel. Según Wakita, toda la nación debe actuar en conjunto para contener la propagación de la epidemia.
Los pacientes con síntomas leves deben recuperarse en casa, mientras que aquellos con síntomas graves deben recibir tratamiento lo antes posible. Mientras tanto, el ministro de Salud, Katsunobu Kato, dijo que el Gobierno necesita "tomar contramedidas para lidiar con la posibilidad de que el número de pacientes pueda aumentar".
Tras señalar que la situación está cambiando todo el tiempo, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, pidió el fortalecimiento del sistema de detección de enfermedades, así como la expansión del sistema de tratamiento y asesoramiento. Según los medios locales, el nuevo coronavirus infectó a más de 510 personas en Japón, incluidas 454 personas en cuarentena en el Diamond Princess.
DS