SALUD

La represión en el Borda provocó descompensaciones en pacientes

Desde el fin de semana hubo que intensificar medidas de cuidado y contención.

Uno de los internos del Hospital Borda busca sus trabajos entre los escombros, acompañado por su terapeuta, tras la represión y demolición del taller protegido.
| Télam

Crisis de ansiedad, reacciones paranoides, fantasías suicidas... Son sólo algunas de las consecuencias que la violenta represión de la Policía Metropolitana en el Hospital Borda (que la semana pasada dejó unos 50 heridos entre pacientes, trabajadores del hospital, legisladores, periodistas y policías) provocó o podría provocar en los pacientes, alojados en el hospital precisamente por padecer problemas psiquiátricos, según advirtieron especialistas de la salud pública, relacionados directamente con trabajadores y pacientes del hospital psiquiátrico.

Los hechos violentos del viernes 26 pasado, tras la irrupción de la Policía Metropolitana para asegurar la demolición de un taller protegido -con el fin de crear allí un Centro Cívico promovido por el Gobierno de la Ciudad-, generó “descompensaciones en los cuadros psicopatológicos” de algunos pacientes, muchos de los cuales también sufrieron trastornos físicos, al resultar heridos con balas de goma y al sufrir las consecuencias de los gases lacrimógenos, según explicó el presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), doctor Horacio Vommaro.

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En el mismo sentido se pronunció el doctor Juan Carlos Stagnaro, director del Departamento de Salud Mental de Facultad de Medicina de la UBA y secretario general de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL). “La situación que atravesaron los pacientes fue traumática, por lo que algunos padecieron consecuencias inmediatas, no solo por heridas por balas de gomas y gases, sino que sufrieron reacciones psicológicas agudas, de ansiedad, exacerbaciones agudas”, informó el especialista, que actúa en el Borda en nombre de la UBA porque el Hospital Borda es asociado a la Facultad de Medicina.

Tanto Stagnaro como Vommaro informaron a Perfil.com que los trabajadores del hospital, tanto profesionales como no profesionales, tuvieron que realizar “intervenciones de urgencia” entre los pacientes y “extremar medidas de cuidado y contención” durante todo el fin de semana y los días posteriores, dedibo a las consecuencias psíquicas que generaron los hechos de violencia entre los pacientes. Contaron, también, que esas consecuencias no sólo se traducen en trastornos traumáticos, sino en trastornos postraumáticos que pueden ser crónicos, y que pueden durar días, semanas o meses.

“Un hospital es un espacio de cuidado amigable, de hospitalidad, y está concebido en el ámbito público como un lugar de protección a las personas que acuden a él por un malestar físico o psíquico. Cuando ocurre un hecho traumático, o se genera un acontecimiento traumático como el del viernes, lo familiar se transforma en siniestro: el horror o el dolor se asocia con lo familiar, por lo que el lugar de hospitalidad que se convierte en un lugar de violencia, de agresividad, provoca un impacto psíquico en cualquier persona, mucho más en personas especialmente vulnerables como los pacientes de un hospital neuropsiquiátrico”, explicó Vommaro.

Y agregó que ya se produjeron “descompensaciones en sus cuadros psicopatológicos, como trastornos de ansiedad, angustia, terror y reacciones paranoides”. Y por ello, explicó, no sólo se incrementaron cuidados terapéuticos, sino también tuvieron que “modificar esquemas de medicación”, tras las desestabilizaciones por los hechos traumáticos.

“Luego vendrán los trastornos postraumáticos, porque estos hechos dejan efectos por mucho tiempo, como insomnios, trastornos del sueño, trastornos de alimentación, desajustes afectivos, conductuales, psicosomáticos, y somáticos, como trastornos digestivos, taquicardia... Porque las situaciones violentas vuelven a la memoria y son revividas por el paciente”, agregó Vommaro.

En un comunicado, la asociación que preside Vommaro repudió en forma “enérgica” la represión de la Metropolitana en el hospital. “Nos preocupa como médicos psiquiatras, porque nuestro compromiso ético está con la dignidad del paciente, y aquí hubo un hecho traumático que ha vulnerado, atropellado a la dignidad del paciente, y de los que trabajan en el hospital”, agregó el especialista.

APAL, cuyo titular es Stagnaro, también emitió un comunicado de “condena y repudio a la invasión y ataque perpetrado al hospital público psicoasistencial”, y manifestó su “apoyo y solidaridad con todas la víctimas, en especial con los pacientes, por el severo trauma físico y psicológico sufridos, de consecuencias aún impredecibles y la grave violación perpetrada a sus derechos humanos y los de sus familias”.

La La Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) se sumó a los repudios en un comunicado firmado por su presidenta, doctora Leticia Glocer Fiorini, y exigió “una pronta investigación acerca de sus responsables”.

* De la Redacción de Perfil.com