Los laboratorios Moderna y Pfizer están enfrascados en una batalla judicial en la que el primero acusó al segundo de haber "copiado" su tecnología patentada de ARN mensajero en el desarrollo de las vacunas contra el Covid-19.
El argumento central de Moderna, con sede en Cambridge, ponía de manifiesto que la empresa tenía patentes de 2010 a 2016 sobre la tecnología de ARNm que hizo posible su vacuna Spikevax, pero que las dos compañías de la competencia copiaron dicha tecnología sin autorización alguna para desarrollar la vacuna Comirnaty.
En su demanda, Moderna exigió una cantidad no revelada de daños monetarios por las vacunas Pfizer Covid-19 vendidas a partir de marzo.
Frente a esto, Pfizer solicitó este lunes a un tribunal federal de Boston que desestimara la demanda en cuestión, mientras que un vocero de la compañía aseguró que las empresas demandadas "confían en su propiedad intelectual" y por este motivo se "defenderán enérgicamente" de las acusaciones de Moderna.
La vacuna de Pfizer generó más de 26.400 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2022, según informes de la empresa ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. En el otro extremo, Moderna habría recibido más de 13.500 millones de dólares por la venta de vacunas durante el mismo período.
Argumentos de Pfizer y BioNTech
Pfizer y BioNTech alegaron a su favor que desarrollaron su vacuna "de forma independiente" y tildaron a la demanda de Moderna como una "historia revisionista", tras argumentar que patentes de esta firma "superan con creces sus contribuciones reales al campo".
Las compañías manifestaron que Moderna ignoró las contribuciones de sus científicos a la tecnología fundamental de ARNm, así como las de los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud del gobierno de EE.UU.
En último término resaltaron que la demanda recibida es improcedente ya que Moderna se había comprometido a no demandar a otros fabricantes de vacunas contra el Covid-19 durante la pandemia, que permanece activa hasta la actualidad.
CA / ds