SALUD
Jorge Benetucci

“Si se logró controlar la sífilis, se puede pensar en derrotar al Sida”

Trabaja en el tema desde hace 25 años, cuando la epidemia de sida irrumpió para quedarse. Hoy, Jorge Benetucci dirige el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Muñiz. A pocos días de que comience en Buenos Aires el IV Foro Latinoamericano y del Caribe sobre VIH/Sida, Perfil lo entrevistó para hablar de la enfermedad que ya afecta a más de 40 millones de personas en el mundo y sigue sin control, a pesar de que los tratamientos disponibles lograron que dejara de ser sinónimo de muerte para aquellos que los reciben. Los desafíos pendientes y lo que vendrá.

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No sabe si l llegar a verla, pero Benetucci cree en una posible cura para el Sida. | Marcelo Aballay

En 1982 trabajaba como médico infectólogo en el Hospital Muñiz y la irrupción de una enfermedad distinta a todas le inyectó adrenalina a su tarea. Jorge Benetucci hoy es jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas de ese hospital y dice que ver el nacimiento de la epidemia de sida fue la principal razón de que se dedicara a ella durante estos últimos 25 años.

Nuevo desafío. Aunque durante mucho tiempo la infección por VIH/Sida fue sinónimo de muerte, en los últimos 10 años las cosas cambiaron gracias al famoso “cóctel” de drogas que logró convertirla en una enfermedad crónica (para aquellos que pueden acceder a tomarlo). Sin embargo, en la medida en que crece el número de personas en tratamiento, se incrementa la cantidad de gente en los que éste empieza a fallar. El virus ya manifiesta resistencia a ciertas drogas. Según determinó Benetucci con su equipo de investigación, las cepas de VIH que logran esquivar la acción de los medicamentos tradicionales alcanza al 8% de los pacientes argentinos.

—¿Esto puede estar evidenciando que el éxito del cóctel empezará a caer?
—Está sucediendo lo mismo que pasó con los antibióticos. Cuando apareció la penicilina, casi todos los gérmenes eran sensibles a ella. Con el uso, empezaron a aparecer algunos que se hicieron resistentes y, entonces, hubo que hacer otros antibióticos. Es una cadena donde cada uno va redoblando la apuesta.

—¿Cuánto tiempo más pueden ser eficaces?
—La penicilina tiene 60 o 70 años y todavía se usa. No es una cosa de corto plazo. Además, aparecen nuevas drogas que sirven perfectamente bien en esos casos de resistencia. Por ahora tenemos mucho margen, pero es probable que en el futuro el tratamiento, y por qué no la curación, venga por otra vía.

—Acaba de mencionar la cura, ¿es optimista?
—Desde ya. Basta pensar que la sífilis fue el equivalente al sida durante cientos de años, hasta que a mediados del siglo XX apareció la penicilina. Y hoy es una enfermedad totalmente tratable y curable. ¿Por qué no pensar que con el sida puede pasar lo mismo? ¿Quién imaginaba hace 70 años que se iban a hacer transplantes de corazón?

—¿Por qué el sida sigue fuera de control, con todo lo que se avanzó en tratamientos?
—Es una buena pregunta…No digo que todo lo que se está haciendo esté mal, pero creo que con 25 años de epidemia necesitamos parar, tener un espacio para replanteos y debatir las estrategias futuras.

—¿Cuáles son los desafíos pendientes, más allá del acceso universal a los tratamientos?
—Primero, es muy importante estimular a la gente a que conozca su situación, porque al menos la mitad de los infectados no sabe que porta el VIH. Otro desafío, que en cierta forma se está consiguiendo, es que los tratamientos sean más sencillos y los pacientes tengan que tomar menos pastillas por día. Y, obviamente, la gran deuda es estimular a que la gente adopte medidas de prevención. Este es un trabajo continuo. No alcanza con una campaña de 15 días, cuatro carteles en la calle, 10 spots televisivos y unos cuantos mensajes por radio. ¿Cuánta gente en el mundo toma Coca-Cola? Mucha ¿Cuántos años hace que la toma? Muchos. Si desde un esquimal hasta un señor en la selva africana la conoce, ¿por qué Coca-Cola sigue haciendo publicidad? Porque sabe que si se deja de hacer promoción y de que la marca esté presente en la gente, en cinco años va a haber una camada que no la va a conocer. Entonces, adoptemos las estrategias esas, que son muy útiles, y adaptémoslas para la prevención.