Cuando el príncipe Harry de Inglaterra y la actriz estadounidense Meghan Markle se den el “sí, quiero” exactamente dentro de un mes (el 19 de mayo), millones de personas seguirán la ceremonia por televisión e Internet. En el Reino Unido, donde el príncipe es muy popular, miles se preparan para ir a saludar a la pareja y ya se vive la "Meghan-manía".
En la pequeña aldea de Windsor, a 40 kms. de Londres, ya se palpitan los preparativos. Pocos minutos después de que se anunciara la fecha de la boda, casi todos los hoteles en esta ciudad al oeste de Londres ya estaban reservados. Y el mismo día del anuncio, los fabricantes de souvenires paralizaron su producción para buscar imágenes de Harry y su novia que pudieran poner en forma de corazón en tazas y llaveros.
SE ESPERAN MILES DE PERSONAS
El arzobispo de Canterbury será el encargado de bendecir a la pareja en la capilla de estilo gótico tardío de San Jorge, que data del siglo XV, detro del recinto del castillo de Windsor. El lugar está rodeado de gruesos muros y vastos parques, algo bueno para la seguridad, pero aún así la pareja tienen previsto hacer un paseo en carruaje por la pequeña ciudad , para dar la oportunidad al pueblo de "disfrutar de la atmósfera de un día tan especial", según el Palacio de Buckingham.
Harry y Meghan decidieron extender invitaciones especiales a los parques del Castillo a más de 2.600 personas del público, entre ellas 1.200 ciudadanos, de todas las edad y "de todos los rincones de Reino Unido". Éstos últimos fueron elegidos por nueve oficinas regionales de representación de la casa real. Además, se invitó a 200 miembros de organizaciones benéficas y de otro tipo a las que los novios están vinculados, a 100 niños de dos colegios de Windsor, a 610 miembros de la comunidad del castillo y a 530 empleados de la familia real.
La boda atraerá a Windsor hasta 100.000 turistas del mundo entero, según la policía del distrito de Thames Valley. Entre otras medidas de seguridad, la policía escaneará las matrículas de los coches, instalará controles de seguridad y desplegará varias patrullas en Windsor. "Cualquier objeto que pueda suponer un riesgo para el público será confiscado", dijo la policía.
Dentro de la capilla real, habrá 600 invitados, que asistirán también al almuerzo en el Salón San Jorge ofrecida la reina Isabel II. Por la noche, unas 200 personas asistirán a la recepción privada que ofrecerá el padre del novio, el príncipe Carlos, a cuyo nombre se extendieron las invitaciones. Pero entre los invitados no habrá políticos. Ni siquiera la primera ministra británica fue invitada.
NO GIFTS, PLEASE
¿Qué se le puede regalar a un príncipe que, además, es heredero de una fortuna millonaria y nieto de la Reina de Inglaterra? Para facilitar las cosas a sus invitados, los novios dijeron no quieren recibir ningún regalo de bodas, pero pidieron se hagan donativos para alguna organización solidaria.
Entre las organizaciones sugeridas por el palacio real se encuentran algunas que cuidan de niños infectados con VIH, de “homeless” o de huérfanos de miembros de las Fuerzas Armadas británicas. Otras organizaciones ayudan a mujeres en "slums" (villas miseria) en Bombai o protegen el medio ambiente.
LAS FLORES NO PUEDEN FALTAR
Como toda novia, a Meghan le parecen muy importantes las flores en su casamiento y dijo que las peonías son sus favoritas. Para adornar tanto la capilla real como el enorme salón donde se celebrará el banquete, el príncipe Harry y su novia eligieron a la diseñadora floral Philippa Craddock.
La experta, que tiene un elegante local en Londres, dirigirá un equipo que incluirá floristas de la capilla de San Jorge y el Palacio de Buckingham para crear los arreglos florales. Craddock utilizará flores y plantas que estén en temporada y floreciendo naturalmente en mayo. Esto incluirá ramas de hayas, abedules y carpes, así como rosas blancas de jardín y peonías. Las decoraciones representarán "los paisajes naturales de donde provienen muchas de ellas", según el palacio.
UNA TORTA DE LIMÓN Y SAUCO
La chef pastelera californiana Claire Ptak será la encargada de crear la torta nupcial que será cortada en el castillo de Windsor. La gastrónoma realizará "una tarta de limón y flor de saúco que incorporará los amplios sabores de la primavera... cubierta de crema de mantequilla y decorada con flores frescas", según informó el palacio de Kensington. Meghan ya entrevistó antes a Ptak, que "se centra en usar ingredientes orgánicos y de temporada en sus pasteles", para su blog "The Tig".
Ptak es la dueña de la pastelería “Violet” en el barrio de moda de Hacney, en Londres, donde había comenzado con un puesto en un mercado antes de abrir su pastelería café en 2010. La pastelera dijo en Instagram que está "emocionada" de alguna manera con este encargo del pastel de boda. "Ambos comparten tantos valores en lo que se refiere al origen de la comida, la sostenibilidad, la temporalidad y, por supuesto, el sabor", escribió.
Y EL FANTASMA DEL RACISMO
Aunque Meghan es muy popular, les molesta que la futura esposa del príncipe Harry tenga raíces afroamericanas y la actriz incluso recibió amenazas. Lo más polémico llegó de parte de la novia del líder del partido populista “Ukip”, quien admitió haberle enviado mensajes a un amigo en los que hablaba de forma peyorativa de Meghan y de todas las personas negras. También advertía de que Meghan allanaba el camino para un “rey negro” en Reino Unido. Ante la presión popular, la mujer se tuvo que disculpar por su “impactante lenguaje”, pero su novio la dejó.
La situación se volvió realmente tensa cuando llegó un paquete sospechoso al palacio de St. James de Londres, sede de las oficinas de la familia real. El paquete contenía un mensaje racista y una sustancia resultó ser inofensiva pero claramente pretendía infundir temor. Una unidad antiterrorista está investigando el caso como un delito racista. Según el Evening Standard, el paquete estaba dirigido al príncipe Harry y a Meghan.
La princesa Michael de Kent, prima de la reina, también pareció algo insensible al llevar a una comida navideña en el Palacio de Buckinham un broche "blackamoor", un tipo de figuras africanas a menudo representan esclavos de la era colonial. La princesa está casada con un primo de la reina Isabel II y no goza de demasiada popularidad. "El broche era un regalo y ya fue lucido en algunas ocasiones", señaló un portavoz de la princesa, que estaba muy angustiada por que la joya hubiera provocado indignación.