Luego de la accidentada apertura de la última extensión del subte, el Gobierno porteño se prepara para inaugurar dos nuevas estaciones en la línea A los primeros días de septiembre. El proceso tampoco será fácil esta vez: los trabajadores del subte adelantan que durante los primeros días probablemente se repitan demoras e interrupciones del servicio similares a las que sufrieron los usuarios de la línea B el último mes.
La primera fecha que comunicó extraoficialmente Sbase, la empresa estatal de subte, a la concesionaria Metrovías y a los trabajadores para abrir las nuevas estaciones San José de Flores y San Pedrito era el 30 de agosto, pero esta semana informó que sería los primeros días de septiembre.
A diferencia de lo ocurrido en las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas, los metrodelegados admiten que el nuevo tramo está en buenas condiciones. El problema es la cantidad de coches. La flota cuenta solamente con 16 formaciones a las que se añadirán dos en las próximas semanas. Sin embargo, solamente nueve son nuevas (las unidades chinas), el resto tiene varias décadas y pasa una parte importante de su tiempo en el taller. En hora pico suelen funcionar de 12 a 15 trenes, cuando históricamente había cerca de 18. Las nuevas estaciones pondrán mayor estrés sobre la flota.
El otro inconveniente es que convivirán tres marcas distintas de trenes, cada una con sus particularidades técnicas. A las chinas se le sumaron siete marca Fiat de 1980, y se agregarán dos fabricados por Siemens en 1939, a los que se cambió la carrocería pero no el mecanismo interno. “Los FIAT son viejos y tienen problemas. Anteayer, por ejemplo, tuvimos que bajar a todos los pasajeros porque no funcionaban los frenos. Los dos nuevos que reciclaron son todavía peores”, indicó el delegado Flavio Baigorria.
Uno de los puntos conflictivos en la línea B era que al alargarse el recorrido, el tiempo de descanso de los trabajadores se reducía. Ese problema parece estar resuelto en la A porque al haber menos trenes y un recorrido más largo, cada pareja conductor-guarda ya hace una vuelta menos.
Sin embargo, hay un punto que puede avivar la pelea: la velocidad de los trenes. “Están queriendo que los coches vayan más rápido para poder mejorar la frecuencia”, indicó a PERFIL Néstor Segovia, secretario adjunto del gremio “Ya borraron las marcas que tenían las vías para controlar la rapidez, porque quieren que vayamos volando. Nosotros ya lo rechazamos y creemos que va a primar el sentido común, pero si no, va a haber conflicto”, indicó Baigorria. Tanto desde Sbase como desde Metrovías negaron haber indicado un incremento en la velocidad.
Problemas. Mientras tanto, la línea B volvió a funcionar después del paro de 24 horas. Sin embargo, los problemas no se solucionaron, y durante casi todo el día hubo demoras de hasta 15 minutos.