El comisario Jorge Palacios, uno de los procesados por encubrimiento en la causa AMIA, estuvo en los últimos meses en el centro del debate político y la atención pública, pues fue designado titular de la Policía Metropolitana de esta capital pero renunció tras ser fuertemente cuestionado por los cargos en su contra en el caso del atentado a la mutual judía.
Palacios -quien se desempeña como jefe de la División Unidad Antiterrorista de la Policía Federal (DUIA)- había sido designado por el Gobierno de Mauricio Macri a principios de julio pasado y casi dos meses después se fue, argumentando "razones personales".
Pero en realidad en ese breve período recibió una catarata de cuestionamientos por las derivaciones de su actuación en la investigación de la causa AMIA, donde quedó acusado de presunto encubrimiento, junto con el ex presidente Carlos Menem, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy y el ex juez Juan Galeano, entre otros.
Finalmente, esos imputados terminaron procesados por el juez federal Ariel Lijo en las últimas horas. Palacios, apodado "Fino", también había estado implicado en otros episodios, como la represión de diciembre de 2001 en el centro porteño, hecho por el que terminó sobreseído, y también se lo vinculó con una persona involucrada en el secuestro de Axel Blumberg. El ex presidente Néstor Kirchner ordenó su separación de la Policía Federal en 2004 y Palacios reapareció este año, con el tema de la policía porteña.
Mauricio Macri hizo esfuerzos por sostenerlo en el cargo y lo defendió permanentemente, aún después de su dimisión, pero las presiones -fundamentalmente las de la comunidad judía- terminaron mellando a Palacios, que entonces debió irse.
Otros antecedentes de Palacios que abonaron su relación con Macri fueron su participación en la investigación del secuestro del ahora jefe de Gobierno (a principios de los '90) y su desempeño como responsable de seguridad de Boca Juniors, club que presidió el mandatario comunal.
Fuente: DYN