Tutankamón fue un faraón egipcio de la dinastía XVIII y gobernó entre 1332 a.C y 1323 a. C. Es reconocido por su increíble tumba, con un sarcófago de oro que trata de asemejar a cómo se veía. Un estudio reciente muestra como verdaderamente pudo haber lucido el reconocido rey.
Sus rasgos pudieron cobrar vida gracias a un equipo internacional de investigadores, provenientes de Brasil, Australia e Italia, que utilizaron un modelo digital de su cráneo modificado para hacer una reconstrucción verídica de cómo pudo haber lucido el milenario faraón.
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Según se observa en las imágenes, el rostro tenía facciones juveniles, que muestran un rey que aún era adolescente cuando murió hace más de tres mil años. El experto en gráficos brasileño, Cicero Morales, coautor del estudio habló sobre ello y expresó: "Para mí, parece un hombre joven con un rostro delicado".
A su vez, el investigador agregó: "Mirándolo, vemos más a un joven estudiante que a un político lleno de responsabilidades, lo que hace que la figura histórica sea aún más interesante".
¿Cómo fue la reconstrucción del rostro de Tutankamón?
La reconstrucción del rostro presentó dificultades desde un principio, ya que el equipo internacional de investigación no tuvo acceso directo al cráneo del faraón, por lo que completar el nuevo modelo fue un reto. Afortunadamente, estudios anteriores habían registrado las medidas y publicaron imágenes de referencia.
"Fue un trabajo de detective, donde se concatenaron rastros de información (enlazados) para proporcionarnos un modelo tridimensional del cráneo" explicó Moraes. Y agregó: "Con los datos de proporción y algunas medidas cefalométricas importantes, fue posible tomar el cráneo digital de un donante virtual y ajustarlo para que se convirtiera en el cráneo de Tutankamón".
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“Todas estas proyecciones se basan en estudios estadísticos que se realizaron en tomografías computarizadas de personas vivas de varios ancestros diferentes", comentó el especialista.
Según explica el investigador brasileño, a partir de ahí recrearon “el tamaño de los labios, la posición de los globos oculares, la altura de las orejas y el tamaño frontal de la nariz”. Luego se aplicaron marcadores al cráneo que indicaban el grosor de los tejidos blandos, utilizando datos de los egipcios modernos como guía.
Con estas y otras técnicas, el rostro fue reconstruyéndose gradualmente en una imagen objetiva. Finalmente, se agregaron elementos subjetivos, como el color de los ojos o el delineado característico, para humanizar aún más al sujeto.
Las imágenes del rostro de Tutankamón
Si bien el estudio se aproxima a cómo lucía el rostro de Tutankamón, no es la primera vez que los científicos intentan reconstruir la imagen del joven faraón y ya se había realizado otro intento en 2005.
Michael Habicht, egiptólogo y arqueólogo de la Universidad de Flinders en Australia y coautor del nuevo estudio, notó el asombroso parecido entre ambas imágenes. “Nuestra reconstrucción es increíblemente similar a la realizada por un equipo francés hace unos años”, señaló.
Y agregó: "También se corresponde con las representaciones antiguas de Tutankamón, especialmente con la cabeza de la flor de loto del tesoro de su tumba".
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Por su parte, Moraes cree que han creado una buena imagen del faraón: “Frente a los estudios que hemos desarrollado con datos de personas vivas, comparando proyecciones con medidas reales, estamos seguros de que existe una buena compatibilidad con la cara real en la estructura general”.
“Entré como una persona que apreciaba el antiguo Egipto y salí ahora como un verdadero fanático de esta impresionante cultura, lleno de determinación para estudiar más y sacar a la luz otras piezas de su fantástica historia”, agregó el investigador.
Moraes, junto con Habicht y sus colegas, Francesco Galassi, Elena Varotto y Thiago Beaini, publicaron su estudio en el Diario italiano de anatomía y embriología.
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El hallazgo de Tutankamón
El reconocido faraón egipcio fue descubierto junto con docenas de tesoros increíblemente valiosos en noviembre de 1922. El hallazgo lo realizó el arqueólogo británico Howard Carter, quién se encontraba investigando la zona del Valle de los Reyes en Egipto.
La investigación se realizó después de que en 1907, Lord Carnarvon George Herbert le pidió al arqueólogo que supervisara las excavaciones. Finalmente, el 4 de noviembre de 1922, el grupo de Carter halló los escalones que conducían a la tumba.
En un primer momento, el investigador vio la tumba de Tutankamón a través de un pequeño agujero hecho en la mampostería, después de dos días de excavar en un pasaje lleno de escombros.
Asombrado por lo que tenía frente a sus ojos, mientras sostenía una vela Carter miró hacia dentro y dió lo que se convirtió en una famosa respuesta a la impaciente pregunta de otro de los investigadores: ¿Puedes ver algo?
"Sí", dijo. "Cosas maravillosas".
La tumba incluía cuatro habitaciones y estaba llena de más de 5.000 tesoros reales, junto con una daga hecha con un meteorito. Todos los objetos presentes habían permanecido intactos por más de tres mil años desde que había fallecido el rey.
A su vez, la cámara contenía tres ataúdes encajados uno dentro del otro, el más interior de los cuales contenía el cuerpo de Tutankamón. Carter y su equipo tardaron 10 años en analizar todos los tesoros de la tumba debido a la multitud de objetos encontrados en su interior.
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