Martín Mosiewicki, Maia Wiernik y Sebastián Kahansky son tres amigos de la infancia que como muchos, se plantean poder darle una mano a los que menos tienen, pero que como pocos, ejecutan la idea. Con esa premisa clara nació el proyecto VERTE REÍR, una iniciativa que busca donaciones para enviar a una escuela de Chaco, donde acuden 38 chicos de entre 4 y 15 años. Ahora sueñan con llevar su labor a lo largo y a lo ancho del país.
Como una suerte de padrino de la institución chaqueña, Mosiewicki cuenta que la idea nació en junio de 2015, cuando junto con sus amigos acordaron apadrinar una institución:"Averiguamos cómo hacer para ayudar y nos acercamos a la Asociación Civil Padrinos de Alumnos y Escuelas Rurales (APAER), ahí nos mostraron algunos colegios y el que más necesitaba ayuda era el N°808 Antártida Argentina, el cual se encuentra a 234 kilómetros de Resistencia. Ahí no tenían para comer los chicos", recuerda.
"De a poco empezamos a enviar donaciones, al principio nos ayudaban los conocidos pero después nos fuimos expandiendo. Sumamos un grupo de voluntarios y logramos enviar en este año y medio alrededor de 900 cajas con alimentos, juguetes, ropa, calzado y útiles escolares. Lo último que logramos fue armarles una plaza con juegos que no tenían, a través de la plataforma de financiamiento colectivo IDEA.ME, recaudamos sesenta mil pesos, sumado a eso ganamos un premio en el programa Perros de la Calle, conducido por Andy Kusnetzoff y logramos nuestro objetivo. Si bien tenían un terreno muy grande, lo tenían desaprovechado. Allá los padres de los chicos se los armaron con muchas ganas, fue un trabajo conjunto", precisa.
Y, con orgullo, cuenta que lograron conseguir un depósito para guardar las cosas y luego enviarlas a Pampa del Indio, donde se encuentra la escuela. Allí,"la directora, con la que nos comunicamos seguido, es la que se encarga de recibir las donaciones y quien a su vez, consigue prestado un camión chiquito y hace varios viajes para poder trasladar todo". Además, cuenta que en el año pasado viajaron a conocer a los chicos: "Hicimos un evento, recaudamos plata para poder viajar y fue una gran experiencia".
Satisfacción y seguridad de que lo que se dona, llega."Mucha gente que nos ayudó sin conocernos, cuando vio las fotos de los chicos -puestas en las redes sociales de VERTE REÍR- decía 'yo doné ese buzo que tiene ese nene', y la verdad es que eso es gratificante para nosotros porque confían en alguien que no conocen", detalla Mosiewicki.
Proyecto 2017. "Hasta este año teníamos solo este colegio, pero a partir de febrero tenemos la iniciativa de hacer que VERTE REÍR se convierta en federal, es decir, apadrinar un colegio en cada provincia. Es un poco ambicioso pero tenemos gente que nos ayuda y la idea es lograrlo", relata el hombre, aunque reconoce que para esto, aún falta una ayuda fundamental: el transporte.
El "padrino" reconoce que la mano que tiende la gente para ayudar al otro, "superó las expectativas"; y esto lo lleva a reflexionar que la solidaridad es contagiosa, porque "si queremos podemos".
Para ponerse en contacto con VERTE REÍR y ayudar, están disponibles las siguientes redes sociales:
Facebook: VERTE REÍR nos hace bien.
Twitter: @vertereir808
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