SOCIEDAD
VIII Encuentro Anual de Niez y Adolescencia

Bergoglio preocupado por la "civilizacion del descarte"

El arzobispo de Buenos Aires presagió el fin del futuro con la actual política estatal del "minoreo", donde "sobran niños y ancianos". "Hoy debemos hablar de los que caben y los que sobran", dijo el cardenal.

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| Telam

En el marco del VIII Encuentro Anual de Niñez y Adolescencia, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, alertó sobre los riesgos de la "civilización del descarte" y consideró que "un pueblo no tiene futuro" sin niños ni ancianos.

"Dentro de la cultura de la muerte, antes se hablaba de oprimidos y opresores, luego de excluidos e incluidos, pero estas categorías ya no nos alcanzan, hoy debemos hablar de los que caben y los que sobran", dijo el cardenal al cerrar el encuentro.

Para el arzobispo porteño, "en la civilización del descarte, lo que sobra son los niños y los ancianos" y agregó que "un pueblo no tiene futuro sin niños que lo construyan y sin la sabiduría de los ancianos".

Remarcó asimismo que "la gestión estatal ha instalado la política del minoreo, donde el intermediario usufructúa los beneficios de las prestaciones", a diferencia del "mediador a quien, como decía Homero Manzi, le duele como propia la cicatriz ajena".

El cardenal cerró su alocución con un mensaje dirigido a todas las personas que trabajan con niños y adolescentes en riesgo: "Que la sonrisa de los chicos les pague el trabajo que están haciendo", expresó.

Durante el encuentro, también expuso el diputado Claudio Lozano, quien destacó "el rol de los intermediarios como una resistencia a la implementación de políticas de alcance universal".

Otro de los oradores, el defensor del pueblo, Eduardo Mondino, pidió que "la reasignación de recursos se traduzca en políticas públicas masivas, universales y de alto impacto social".

El VIII Encuentro Anual de Niñez y Adolescencia tuvo como lema "De habitantes a ciudadanos: el desafío de la búsqueda del bien común y la equidad" y se realizó en el colegio porteño San Francisco de Sales.


Fuente: Télam