El traje está listo, cargado de brillos, colores e insignias bordadas con lentejuelas. Se ponen los coloridos sombreros mientras bajan del colectivo, y empiezan a probar los bombos y silbatos. Una murga proveniente del barrio porteño de Saavedra acaba de llegar al corso de Boedo I, el primero de los cuatro que visitarán un sábado a la noche, en pleno carnaval.
Ubicado en Av. Belgrano y Maza, es uno de los 33 corsos que funcionan cada sábado y domingo durante febrero en toda la ciudad. Perfil.com lo visitó durante los festejos por el retorno de los feriados de carnaval, borroneados del calendario por la última dictadura militar.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite