La Corte Suprema de Justicia de Tucumán ordenó hoy el traslado de Ernesto Baaclini, secretario de la fiscal que investiga la desaparición de la docente Beatriz Argañaraz, a otra dependencia judicial. El motivo del traslado tiene relación con las reiteradas desavenencias del secretario con el defensor de las dos ex religiosas detenidas por el hecho, Gustavo Morales.
La decisión fue tomada por el ministro fiscal de la Corte Suprema de Justicia, Luis de Mitri, quien dispuso que Baaclini pase a desempeñarse como secretario de la sala II de la Cámara Penal, lo que fue ratificado por los cinco vocales del alto tribunal.
La resolución del tribunal fue interpretada por las fuentes judiciales del caso como una primera victoria del abogado Morales en la causa donde defiende a las dos únicas imputadas. Los máximos responsables del tribunal tucumano consensuaron el cambio con Giannoni para asegurar avances en el esclarecimiento del hecho.
Como consecuencia del desplazamiento de Baaclini, la fiscal VIII de Instrucción, Adriana Giannoni, que investiga el caso Argañaraz, estará ahora secundada por la abogada Norma Díaz Volachec.
Desde el comienzo de la investigación, Baaclini mantuvo enfrentamientos con Gustavo Morales, abogado de Susana Acosta y Nélida Fernández, las dos únicas imputadas por la desaparición de Argañaraz.
Los desacuerdos entre el secretario y Morales –quien lo denunció en varias oportunidades ante la Corte–, se agudizaron la semana pasada, cuando se anunció el agravamiento de la imputación de Acosta y Fernández, quienes además de estar acusadas de privación ilegítima de la libertad quedaron acusadas de ocultamiento de persona.
La nueva secretaria judicial participará entonces de las pericias caligráficas que se llevarán adelante a cincuenta personas para determinar quién fue la que falsificó la firma de Acosta en el libro de registro del colegio Padre Roque Correa, del 31 de julio al 1 de agosto, cuando se produjo la desaparición de Argañaraz.
Las pericias tienen por objetivo demostrar que Acosta no concurrió a clases el 31 de julio, el mismo día en que desapareció la docente. Tampoco pudo presentarse el 1º de agosto, cuando Argañaraz debía asumir la dirección del establecimiento.
La pista en la que trabaja con firmeza la fiscal Giannoni es la de alguna diferencia laboral entre las imputadas y Argañaraz, que estaba a punto de ser nombrada directora del colegio Padre Roque Correa, en el que trabajaba junto a Acosta.