Choque de Nair: los Menem y la pasión por los autos

Durante su presidencia, Carlos Saúl Menem decretó un mandamiento tácito: el poder se mueve en autos caros. Mientras más lujosos mejor. Su apellido quedó asociado a los vehículo de elite y sus hijos siguieron la tradición familiar.

En 1990, a un año de haber asumido en el poder, dos empresarios italianos le hicieron un regalo al entonces presidente, que los ayudó en un proceso de licitación. Era, nada más y nada menos, una Ferrari Testarossa, uno de los autos más caros de la época y también más veloces.

Así como el poder vuelve todo vertiginoso, en los inicios de la época de "la pizza con champagne", Menem transitaba los caminos de la impunidad a toda velocidad. Una recordada anécdota cuenta que un día, para probar su Ferrari, se fue hasta Mar del Plata. "Presidente, usted llegó a Mar del Plata con un promedio superior a los 150 kilómetros por hora, pero la ley no permite ir a más de 100. ¿Cómo es posible?", lo interrogó un periodista. "Sí, es verdad lo que dice, no se puede ir a más de 100... ¡pero yo soy el presidente!", respondió Menem, ante los aplausos de todos.

Quizás por esta razón, su hijo Carlitos Jr. se volcó a la carreras, al rally para ser exactos. Hasta el momento de su trágica muerte, disfrutaba de la vida saciando su pasión por los fierros, viajaban por el mundo para competir en el campeonato mundial de Rally.

Zulemita Menem no pudo escapar al designio del apellido  e invirtió en el negocio automotor. Abrió una consesionaria de la marca Toyota frente a la cancha de River Plate, el club de los amores de su padre. Rodeada de camionetas 4x4, la hija del ex presidente, mantiene intacto el lazo con los motores.

A Carlos Nair, reconocido por su padre luego de una batalla judicial que todavía continúa, le llegó la popularidad luego de su participación en el reality show Gran Hermano Famosos. Siempre amó los autos y en su ciudad, Las Lajitas, según cuenta, siempre se paseó con los mejores coches. Sin embargo, la combinación de fama, poder y perfil mediático no es buena compañera a la hora de manejar y lo han llevado a protagonizar choques como los de esta madrugada.