Tal como estaba previsto, desde hoy el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires habilita las visitas a las personas internadas en terapia intensiva de los hospitales porteños con un cuadro crítico de COVID-19.
Entre las disposiciones generales establecidas por el Ministerio de Salud de la Ciudad para que una persona pueda visitar a un paciente internado deberá tener entre 18 y 60 años; gozar de buena salud en líneas generales; no presentar factores de riesgo, y no estar embarazada. El objetivo apunta a brindar un procedimiento seguro que garantice el acompañamiento y la contención tanto para el paciente como para sus familiares. Los hospitales, en tanto, deberán establecer las pautas de las visitas, y contar con los equipos interdisciplinarios necesarios de contención tanto para el paciente como para los familiares.
Si bien la decisión de permitir las visitas se venía analizando desde hace unos 10 días en las altas esferas gubernamentales porteñas, los casos de Solange Muse, que no pudo ser despedida por su padre antes de fallecer, y de las hermanas que no pudieron ingresar a San Luis para acompañar a su padre, Martín Garay, que estaba enfermo de cáncer y falleció en las últimas horas, determinó la situación.
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El coronavirus, por su alta contagiosidad, tiene la particularidad de que exige el distanciamiento y la aplicación de medidas de protección personal, por lo que plantea el desafío de generar nuevas formas de relación entre los equipos tratantes y los pacientes, y entre los pacientes y sus allegados. En este sentido, cabe señalar que las visitas a los pacientes con otras patologías ya se encontraban permitidas, pero también están contempladas dentro del nuevo protocolo del Ministerio de Salud de la Ciudad.
El antecedente más cercano a la nueva disposición de la cartera sanitaria porteña es el programa implementado en el Sanatorio Mater Dei del barrio de Palermo, que permite visitas a los pacientes internados por coronavirus.
Pautas de la visita
La posibilidad de la visita será comunicada por parte del hospital a los familiares, quienes deberán seleccionar a una persona de su entorno con las características adecuadas para que se acerque a la institución.
Una vez allí, recibirá la explicación detallada del procedimientos y las circunstancias en las que se desarrollará el encuentro. Previo a ese momento, se informará sobre los tratamientos médicos y se anticipará el estado actual del paciente, para reducir el impacto emocional durante el acompañamiento. Podrá ingresar con algún objeto de especial valor como fotos, motivos religiosos, entre otros.
En pos de minimizar las posibilidades de contagio, cuando se trate de personas con coronavirus, se deberán cumplir con las normas de bioseguridad correspondientes. La visita deberá utilizar el Equipo de Protección Personal, tal como lo hace el personal de salud en los sectores COVID-19 de los hospitales. Los familiares que se dispongan a visitar a una persona internada, serán informados sobre los procedimientos adecuados y deberán firmar un consentimiento informado que detalla las normas a cumplir y los potenciales riesgos que la situación supone.
El tiempo del acompañamiento se evaluará de acuerdo a las circunstancias propias de cada caso. Siempre que la condición del paciente lo permita, se debería brindar al allegado la posibilidad de entablar una comunicación con el resto de la familia a través de dispositivos digitales.
Asimismo, se consultará sobre las medidas de disposición final. El cuidado del paciente y aquello que sea importante tanto para el mismo como para sus allegados, es tenido en cuenta en todo momento, para asegurar el respeto de su voluntad, creencias y convicciones en todo momento
Durante el proceso, se brindará apoyo y contención a cargo de especialistas en salud mental al familiar designado.
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En cuanto a las indicaciones para los hospitales, se dispuso que los centros de salud, por su parte, deberán disponer de un equipo interdisciplinario conformado por profesionales médicos y no médicos. Además, deberán establecer quienes serán los interlocutores del equipo que se comunicarán con las familias y la logística de acompañamiento presencial.
Aquella institución que cuente con equipos de cuidados paliativos, de soporte espiritual y duelo, podrán ser convocados para dar apoyo en esta situación.
Cada centro de salud deberá implementar el nuevo protocolo teniendo en cuenta las distintas características que pueden presentar las instalaciones, el personal de salud disponible, entre otros puntos clave.
