SOCIEDAD
de la tele a la vida real

Crece la venta de paquetes a Turquía por el éxito de ‘Las mil y una noches’

También aumentaron las consultas por cursos en asociaciones culturales turcas y las reservas en restaurantes de comidas típicas.

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Paisajes exóticos, misteriosos palacios y exquisitas infusiones orientales. Esos son algunos de los condimentos que distinguen a la exitosa novela turca Las mil y una noches. Pero el boom oriental ya trascendió la pantalla, y hoy, cada vez más argentinos reservan viajes a Estambul o llenan los restaurantes de comidas típicas en busca de vivir la misma experiencia oriental que Onur y Sherezade.
“Es increíble. Nos llama un montón de gente preguntando por Turquía. Quieren averiguar sobre el país, las costumbres, consultan por clases de idioma y nos felicitan por la novela”, cuenta asombrada Nancy Falcón, directora del Centro de Diálogo Intercultural Alba, que promueve el entendimiento entre las culturas argentina y turca.
También aumentó la venta de paquetes de viajes a Estambul. Según indican a PERFIL agencias mayoristas, desde el año pasado se incrementaron 70% las salidas a esa ciudad, que está a caballo entre Oriente y Occidente. “A partir del segundo o tercer capítulo de la novela empezaron a sonar los teléfonos para consultas”, señala Aixa Siri, operativa de Ventas de Freeway para Europa, Medio Oriente y Exóticos.
“Incluso surgió la idea de hacer un tour inspirado en la serie”, cuenta. Un paquete completo a la tierra de los antiguos emperadores puede costar entre 45 y 50 mil pesos, con transporte, alojamiento y entradas a los palacios y mezquitas.

Estambul en Buenos Aires. Pero no todos abordan un avión para vivir la experiencia Mil y una noches. Dentro de la Ciudad también abundan las opciones para interiorizarse en el mundo del Medio Oriente.
En la Fundación de la Amistad Argentino Turca, las consultas por cursos de idioma turco duplican las del año pasado.
También se ofrecen distintos talleres de elementos típicos de la cultura otomana, como la música con laúd –un instrumento de cuerda originario del mundo islámico y muy utilizado en la Edad Media– y el ebru –una técnica de pintura con agua y aceites característica de Turquía–.
El furor también llegó a las librerías. Desde las cadenas Cúspide y El Ateneo confirman que reciben muchísimas consultas diarias por Las mil y una noches, una recopilación anónima de cuentos tradicionales de Oriente Medio. Aunque el libro no tiene relación directa con la telenovela, la protagonista que hila los relatos también se llama Sherezade, lo que renovó el interés por este clásico de la literatura medieval, que antes permanecía olvidado en los estantes.

Sin embargo, no todo es gracias a la tevé: según indica Falcón, en los últimos años el público argentino está cada vez más interesado en la vida y las costumbres de los países de Oriente. Por eso, en el Centro de Diálogo Intercultural Alba ahora abren sus puertas cada año en la Noche de los Museos y proponen “vivir una noche de Estambul en Buenos Aires”. En sus salones, dedicados a la historia antigua y reciente de Turquía, recibieron el año pasado a dos mil personas.
También tiene gran convocatoria la feria anual de colectividades, adonde se acercan cientos de personas para disfrutar de un paseo con indumentaria y música tradicional, gastronomía y artesanías típicas. “Se organiza alrededor de fin de año y tiene un gran éxito. Todo el mundo quiere saber de Turquía”, asegura Falcón.

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Las delicias turcas causan sensación

Para quien ansía probar la comida que ve cada noche en la pantalla, los restaurantes de Medio Oriente son la gran opción. En Mármara, un local en Olivos que sirve catering a varias embajadas, entre ellas la de Turquía, la cantidad de comensales aumentó en el último mes.
“Notamos más interés, el salón se llena y me preguntan si estoy viendo la novela”, cuenta la dueña, Osan Nahabetyan, de origen armenio y nacida en Estambul. Entre las especialidades hay kebab –variedades de carne dispuestas en pinchos–, shawarma –láminas de carne y vegetales envueltos– y sarmá –arrollado de parra con carne y arroz–.
El té turco es otra de las exquisiteces que toman Sherezade y Onur. Se prepara con pavas dobles, con las hebras, y debajo el agua. La característica es que se sirve en pequeñas tacitas de vidrio, que se llenan varias veces, y lo toman en cualquier lugar. “En Estambul, entrás a un negocio y te ofrecen té. No hay acuerdo comercial sin infusión de por medio”, explica la sommelier Alejandra López Alfaro.