Ir de camping siempre fue sinónimo de aventura y contacto directo con la naturaleza. Pero frente al tradicional ritual de la carpa, la comida austera y la guitarra junto al fogón, hoy se impone una versión renovada: el “glamping” –o campamentos de lujo– atrae a cada vez más turistas, y propone vivir la experiencia de unas vacaciones en carpa pero con el confort de un hotel cinco estrellas. Esta propuesta se replica en distintas provincias de la Argentina.
“La tendencia consiste en disfrutar lugares remotos y exclusivos logrando el menor impacto ambiental y con las cosas básicas”, explica Billy Zeballos, responsable de Adventure Domes, un alojamiento ubicado frente al glaciar Perito Moreno, en El Calafate. “Apuntamos a un público que está buscando algo más cómodo, que ya se cansó de hospedarse en hoteles de categoría y busca experiencias nuevas. Acá disfruta de un campamento en el medio de la nada, pero con buena atención y comida de alta calidad”, agrega. Si bien rechazan la palabra “lujo” –que requiere una infraestructura mayor–, el complejo cuenta con carpas en forma de domo, camas, living comedor, restaurante y cocinero propio. Allí, un paquete de tres días con todo incluido puede costar cerca de 6 mil pesos por persona.
También en la Patagonia, dentro del Parque Nacional Los Alerces, el complejo Río Arrayanes propone glamping con servicio de desayuno o pensión completa, sommiers, electricidad por medio de generadores y calefacción. En vez de carpas, utilizan estructuras en forma de domo, que son resistentes, ecosustentables y pueden colocarse sobre el suelo natural. “Quisimos darle una vuelta de tuerca al visitante que busca estar inmerso en un ambiente natural, pero no soporta dormir en una carpa”, señala a PERFIL Adolfo Fazio, responsable del lugar.
Según cuentan desde los emprendimientos, los turistas extranjeros son los grandes habitués de esta tendencia, que tuvo origen en Estados Unidos, Australia, Alemania y otros países europeos.
Como cada vez pisa más fuerte en Argentina, también algunas marcas se suman a la novedad: Aperol, por ejemplo, organizó el mes pasadoun glamping propio con famosos en General Rodriguez. Hubo fogón y música a cargo de Leo García, tragos exclusivos realizados por la bartender Mona Gallosi, disc jockey y platos del chef Fernando Trocca.
“El perfil de quienes eligen ir de glamping es muy particular. Generalmente son jóvenes, de entre 25 o 40 años, con conciencia de la conservación del medio ambiente y alto poder adquisitivo”, indica Mario Córdoba, director de la carrera de Turismo y Hotelería de la Universidad Argentina de la Empresa. “Como hoy la sociedad presta más atención a la ecología, no se trata de una moda pasajera sino de una actividad que va a ir creciendo”, asegura.