“Tengo armas porque me gustan”, dijo esta mañana“el renegado de Barrio Parque”, como empieza a hacerse conocido Gabriel Novarro, el abogado que se atrincheró ayer junto su esposa ante un impresionante despliegue policial que pretendía allanar su domicilio en búsqueda de un arsenal.
Luego de horas de tensión en la que las fuerzas de elite de la Policía Federal montaron un infranqueable cerco, Novarro acordó presentarse ante la justicia.
Esta mañana, en diálogo con los cronistas de varios medios que se hicieron presentes en su coqueta vivienda, negó que se vaya a presentar en el día de hoy a los tribunales.
“Que me llegue la citación por escrito”, desafío con un tono de voz monocorde similar al de las personas que ingieren calmantes.
“No sé de dónde sale esa versión de que me medico, estoy sin dormir”, respondió ante una consulta de Radio Mitre respecto a su forma de hablar.
Apuntó contra todos. Engominado y con el pelo peinado hacia atrás, el abogado no dudó en abundar en definiciones polémicas.
“ Que sean jueces o policías no significa que no sean delincuentes, la fiscal montó un show para ganar prestigio o tal vez quiera dinero”, disparó para tratar de explicar el allanamiento ordenado ayer por Luis Pigni, titular del juzgado Correccional 14.
También apuntó contra su vecino. “Acá a la lado vive el dueño de TBA”, dijo en referencia a la empresa que tiene la concesión del ferrocarril Mitre y el Sarmiento.
Amante de las armas. El hombre admitió tener 6 armas en su casa. “Uno puede tener hasta 100 armas si a uno le gustan”, se defendió.
Sin embargo, según informó Radio Mitre, desde el Renard afirman que en realidad Novarro posee 7 armas y que lo intima a entregarlas ya que tiene una causa en su contra.
En tanto, para explicar su amor por las armas, Novarro apeló a su infancia. “Mi padre me dejó sólo con mi madre, desde los tres años, desde ahí que me cuido sólo”, rememoró.
Y para justificar la tenencia de armas, habló de la inseguridad. “A partir que me robaron en el 2000 porto armas, casi pierdo un ojo porque me dieron 40 culatazos”, relató.
“No confío en las empresas de caudales”, indicó para explicar porque trasladaba grandes cantidades de dinero en el momento que le robaron.
“Tengo armas porque me gustan, pero la tenencia la tengo para una sola. Las tengo guardadas en una caja de seguridad, antes las tenía en una armería, pero ahí pierdo el control y puede usarlas cualquiera, como el tirador de Belgrano”, dijo en referencia a Martín Ríos, el joven que disparó a quemarropa a transeúntes en la avenida Cabildo.
Un conventillo. Los vecinos del este exclusivo barrio habían denunciado a Novarro por disparar contra el tren que pasa a unos metros de su vivienda y también a perros y gatos.
“La causa del tren debería estar archivada, no disparé contra ningún tren”, detalló sobre una acusación que tuvo hace unos años.
“Nunca tiré contra un perro, que me los traigan, que traigan los perros”, pidió. Y aclaró: “nunca dispare contra humanos, no tengo buena puntería, tengo astigmatismo”.
Disparos en el juzgado. Consultado sobre los lugares que elegía para ir a disparar, el abogado tuvo un furcio preocupante. “Voy a tirar al juzgado... digo al Renar”, se corrigió. “Es que estoy dormido, no dormí en toda la noche”, dijo.
“Tengo armas de guerra de uso civil, semiautomáticas, como una Glok 45 tiro a tiro, tengo el permiso vencido pero estoy haciendo el trámite”, indicó finalmente para la intranquilidad de sus vecinos, tal vez poco acostumbrados a la violencia cotidiana que se vive en otras zonas de la ciudad de Buenos Aires.
“Si me quieren sacar las armas y me dejan tranquilo, que me las saquen”, se resignó, con evidente agotamiento luego de momentos más parecidos a una película de acción de Silvester Stallone que al tranquilo acontencer del Barrio Parque.