SOCIEDAD

El cura suspendido por apoyar el matrimonio gay deja los hábitos para trabajar en política

Nicolás Alessio fue sancionado por el Obispado. Ahora asesorará a Luis Juez y a Pino Solanas, contó a Perfil.com.

El párroco Nicolás Alessio fue suspendido por la Iglesia cordobesa tras apoyar públicamente el matrimonio homosexual.
| Télam

El cura cordobés Nicolás Alessio, a quien la Iglesia le prohibió seguir dando misa tras expresarse a favor del matrimonio homosexual, dejará sus hábitos este sábado para dedicarse a la política: será asesor de diputados del nuevo partido de Luis Juez, Frente Cívico, y a nivel nacional acompañará a Pino Solanas.

Luego de plantarse frente al Obispo cordobés Carlos Ñáñez, quien le prohibió ejercer los ministerios de la Iglesia, y continuar con sus misas en la Parroquia San Cayetano, Alessio desistió de continuar perteneciendo “a esta jerarquía eclesiástica”, ya que la considera “lejos del Evangelio y de la vida de las personas”, dijo en diálogo con Perfil.com.
 
“Con Benedicto XVI se fueron las posibilidades de cambiar algo desde ese lugar. No dejo la Iglesia. Dejo la jerarquía eclesiástica. Para mí este es un punto final”, señaló el párroco, que el sábado oficiará la última misa en su parroquia, pese a que sus fieles le piden que no se vaya, “que siga luchando”.
 
“Siempre participé en las batallas barriales, gremiales, piqueteras. Siempre estuve en la calle haciendo militancia política. La trinchera política no es nueva para mí. Ahora voy a trabajar con el Frente Cívico en Córdoba, y con Pino Solanas a nivel nacional tendré la posibilidad de participar con una mirada distinta”, contó Alessio.
 
- ¿Por qué eligió esas fuerzas políticas para trabajar? 
- Porque considero que son las únicas que en este momento pueden romper al bipartidismo argentino, que está absolutamente viciado. Son dos alternativas posibles para eso, y están lejos de la derecha política.
 
- ¿Le ofrecieron ser candidato para ocupar algún cargo público?
- No me ofrecieron ninguna candidatura ni puesto público para el futuro. Por ahora estoy trabajando como asesor en la Cámara de Diputados, en una comisión educativa. Y voy a estar colaborando muy intensamente con la fuerza de Pino Solanas a nivel nacional. Trabajando desde adentro se puede pensar un país distinto, más democrático, más justo y más popular.

- Antes de que la Iglesia lo sancionara por su postura a favor del matrimonio homosexual, ¿se imaginaba trabajando en una fuerza política?
- Yo estuve ligado a las luchas políticas desde siempre. Pero jamás pensé que iba a dejar de ser párroco, que iba a dejar esta jerarquía anacrónica y obtusa.

- ¿Las propuestas de estas fuerzas políticas vinieron después del conflicto que tuvo con el Obispado de Córdoba?
- No son de ahora. Yo ya colaboré en Desarrollo Humano en un área municipal con Luis Juez. Ya en ese entonces me habían pedido una colaboración más cercana, por las barriadas en Córdoba. Y con Pino nos conocemos desde que lanzó su movimiento Proyecto Sur, nos hemos visto muchas veces, y considero que es una persona que puede ayudar a la Argentina a ser distinta.

- ¿Cuál es su relación con Luis Juez?
- Nunca fui a comer a su casa, pero tengo una relación de mucha cercanía. Lo conocí precisamente en una misa en apoyo al padre (José) “Quito” Mariani, luego de que el Obispado también lo reprimiera por escribir el libro “Sin Tapujos” (publicado en 2004, el libro cuestiona el celibato y revela intimidades de su vida sexual). Él acababa de irse de la Fiscalía Anticorrupción por investigar al gobernador (José Manuel) De la Sota y a su mujer; y estaba armando su propia organización política. Lo vi en la misa, me acerqué y le dije: “yo quiero acompañarte en tu proyecto”. Lo hice porque me parecía que había sido muy valiente al enfrentar a De la Sota y todo el aparato del PJ. Ahí empezamos a vincularnos. Luego, cuando fue intendente, me ofreció colaborar con el área de Derechos Humanos en la municipalidad. Y todos los años ha venido siempre a mi parroquia, a la fiesta de San Cayetano.

- ¿Cómo podría definirlo?
- Como una persona muy sincera y valiente, aunque a veces le trae problemas su sinceridad...

- ¿Qué sensaciones le produce esta nueva etapa en su vida?
- Me crea muchas inquietudes, porque uno inicia una etapa distinta, con mucho de inseguridad y de desafío. Pero estoy absolutamente convencido de dejar la jerarquía eclesiástica, cada vez más cerrada al corazón de los más pobres. No lo tolero más, no lo soporto más.

- ¿Se imagina en un futuro en algún cargo público?
- No me imagino en ningún puesto. Se que hay gente del barrio, gente militante, que me quiere en algún lugar, pero yo todavía no me imagino. Sí me imagino en esta misma lucha de ahora, en este mismo sueño...
 
(*) de la redacción de Perfil.com