Responsable de varios hitos notables, la máxima institución de educación superior del país celebró el jueves 12 sus primeros dos siglos de vida. Con un prestigio consolidado a nivel mundial –la UBA está entre las setenta universidades mejor calificadas del mundo, según la medición de la consultora global QS– y unos 300 mil estudiantes, sostiene parte de su orgullo en la gratuidad y pluralidad de sus aulas. Con datos de la propia universidad, el 65% de los estudiantes que ingresan a una carrera de grado logra egresar, un mérito que está dentro de “los estándares internacionales”, asegura el rector Alberto Barbieri, quien destaca que muchos profesionales deciden desarrollarse en el exterior a raíz de “la propia internacionalización e intercambio que lograron dentro de su vida universitaria” argentina.
Pasar de la presencialidad a la virtualidad fue, para Barbieri, un proceso “disruptivo: había entre 60 y 70 mil que ya cursaban en forma virtual” a partir del programa UBA XXI, y “la tecnología complementa el proceso de enseñanza-aprendizaje y cuanto más avancemos en esa tecnología más mejoraremos el rendimiento del alumno”, agrega. Según el rector, “todo se hizo más masivo por la pandemia, lo que no significa que un estudiante universitario pueda cursar sin la presencialidad”. Para Barbieri, “(la presencialidad) es imprescindible”. Los estudiantes, asegura, “van a ir a buscar los conocimientos en forma más rápida, pero el debate y el pensamiento crítico y plural es fundamental que se den todavía en forma presencial”.