En un pequeño despacho del anexo de Diputados ellos se muestran tranquilos y sonrientes. Están sentados en unos incómodos sillones. Detrás, los ventanales del 11vo piso dejan ver la imponente cúpula del Congreso Nacional, ese lugar donde hace algunos días nomás hizo que su historia -como la de muchos otros- cambiara para siempre. El diputado socialista Ricardo Cuccovillo y su hijo Marcos, homosexual y militante por la igualdad de derechos, recibieron a Perfil.com para analizar las idas y vueltas de ese sueño que tanto buscaron y que hoy es ley: el matrimonio igualitario.
Los Cuccovillo fueron noticia nacional luego de que el padre defendiera el proyecto de ley durante la discusión en Diputados con un emocionante discurso, en el que habló de su hijo Marcos. “Tengo tres hijos: dos varones y una mujer. Uno de mis hijos varones es gay, un ser humano que yo considero que tiene igualdad de derechos y de sentimientos que el resto”, expresó en el recinto, medio de encendidos aplausos.
Desde el viernes, varias parejas de personas del mismo sexo se sienten igual al resto: ya pasaron por el Registro Civil de diversas provincias y se llevaron su libreta matrimonial.
Mientras tanto, ya casi no se habla de los encendidos discursos de repudio a la medida de varias personalidades públicas, ni de las marchas en contra, ni de la posición de la Iglesia, ni de las peleas en el recinto, ni de si efectivamente se trata de un triunfo del kirchnerismo.
Pero ellos sí hablan de eso. Aunque Ricardo anuncie entre risas que quiere nietos de Marcos, y aunque su hijo cuente que desde ahora analizará con su pareja de hace 12 años la posibilidad de casarse, o no. Ellos siguen hablando de esas posturas tan disímiles, que consideran y consideraron “discriminación”.
