SOCIEDAD
escándalo en la rioja

El dramático relato de una de las cadetes de La Rioja

Jacquelinen Chumbita se encuentra internada por las lesiones que sufrió pero decidió contar lo que le hicieron.

Jacquelinen Chumbita, de 19 años.
Jacquelinen Chumbita, de 19 años. | Gentileza de FM La Patriada

Jacquelinen Chumbita tiene 19 años y es una de las cadetes que sufrió en carne propia el brutal y abusivo entrenamiento por parte de la Escuela de Policía de la provincia de La Rioja, por el que falleció Emanuel Garay. La joven se encuentra en el Hospital Vera Barros tras padecer fuertes lesiones, sobre todo en las piernas. 

Chumbita está internada aunque ya está más recuperada de sus heridas. “Si Dios quiere me podré ir a mi casa pronto”, contó en conversación telefónica con el programa Crónica Anunciada que se emite por FM La Patriada.

La joven relató los horrores a los que los sometieron los encargados del entrenamiento en la Escuela de Policía. “Nos tuvieron parados dos horas. En esas dos horas mis compañeras se desmayaban, se caían, mientras que los inspectores nos decían 'dejenla que se muera, una menos'”, contó. 

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“Después de ahí nos hicieron poner la ropa, cuando entramos a cambiarnos las cadetes de tercero año juntamente con los inspectores nos apuraban, en cinco segundos nosotros ya teníamos que estar cambiados. A mí me rompieron la camisa y el bolso”, detalló. “Estuvimos dos horas de nuevo parados. Tanto varones como mujeres se descompensaban y el instructor decía ‘dejenlos que se mueran’”, recordó la joven. 

La cadete reveló que no les dejaban mantenerse hidratados durante la actividad física: “Ellos tomaban agua delante de nosotros sabiendo que nosotros estábamos con sed, que pedíamos agua y ellos no nos querían dar. Solamente ellos decían ‘ustedes no son dueños de nada, de nadie y de nada’”. 

La chica dijo que la única opción para calmar un poco la sed era agua sucia estancada: “Como sabian que estabamos con sueño, nos hacen trotar al lado de la pileta. Estaba llena de agua que contenía de todo podrido, nosotros como perritos íbamos a tomar esa agua, algunos de mis compañeros tomaron agua del pozo, donde hay animales muertos. Nos hicieron hacer de nuevo otras cosas, pero a la tarde ya era más fuerte, que parate, sentate, en el medio del sol”. Los instructores bebían y tiraban su agua al piso, precisó. 

Cuando se dio cuenta que su cuerpo no daba para más, ella decidió firmar la baja y la mandaron al baño: “Yo cuando me voy a bañar, una cadete va y prepara agua con jabón y me tira. Cuando yo me resbalo, ella viene y me pega con un palo en las rodillas y después de ahí primero me llevaron a la alcaldía y los doctores de allí ninguno se atrevió a vernos, a ninguno, todo lo que nos dijo es que estábamos bien. Luego me vine para acá para al hospital. Cuando llego, me bajo de la moto en la guardia del hospital tiro el bolso y no recuerdo más nada, cuando me desperté estaba en terapia intensiva”, concluyó. 

Esa mala experiencia no le sacó las ganas de convertirse en policía, su gran anhelo: “Todavía sigo luchando por mi sueño porque no lo voy a dejar, yo todo lo que comienzo lo termino, y lo termino bien”. El gobernador de la Rioja se comprometió a que pueda hacer como corresponde el curso de ingreso y acceder a la fuerza provincial “Me dijo que continúe con mi sueño”, expresó. 

Por otro lado, manifestó que varios de sus compañeros tienen miedo decir qué les pasó: "Sí, tuvieron miedo de hablar. Hay audios donde los quieren callar que decían que no habláramos, que mejor que quedemos en el molde. Y yo no le tengo miedo a nadie".