A Mariano Ruiz, Ariel “Guille” Cantero lo llamaba “Mentirita”. Pero es el único de los hermanos que le tenía cierta desconfianza. En cambio, para el líder asesinado Claudio “Pájaro” Cantero era un amigo y hombre de confianza. También lo era, según la megacausa que investigó a Los Monos, para el prófugo Ramón “Monchi” Machuca, otro de los jefes del clan acusado por homicidios y todo tipo de delitos ligados al narcotráfico.
Los testigos lo señalaron como “el testaferro y lavador de Los Monos”, “el que manejaba todos los negocios legales e ilegales” de la banda. Según se desprende del expediente, Ruiz cumplía varias funciones en la que se destacan vínculos con policías, compra de propiedades y vehículos, también de insumos, de armas y de proyectiles. En la indagatoria, Ruiz negó todo y dijo que podía demostrar cómo había obtenido su dinero. Sin embargo, negocia un juicio abreviado en el que reconocería los cargos.
Hace unos años dejó su barrio natal para ocupar un departamento en Avenida del Libertador y Callao, en el barrio de Recoleta, junto a su mujer, Lorena Luna Scheneider, también imputada en la causa. En ese lugar fue detenido en agosto de 2013 para ser liberado en abril del año siguiente tras el pago de una fianza de 200 mil pesos, la misma suma que le devolvió una concesionaria por la compra de un Audi A1 que había empezado a pagar antes de ser capturado.
A diferencia del resto de los detenidos en la megacausa que investigó el asesinato de Martín “Fantasma” Paz, Ruiz no reside en Rosario y pertenece a una familia de clase media. Según los investigadores, su condición ante la AFIP brindaba a Los Monos la plataforma legal necesaria para comprar vehículos y propiedades, con el presunto fin de lavar dinero proveniente de las actividades ilícitas de la banda narco.
Uno de los principales testigos de la causa dijo sobre él: “Tendrá unos 40 años y andaba en un Audi TT, ése era el lavador y testaferro del Pájaro, muy amigo del Pájaro, era el que le conseguía las balas y testaferro de autos y casas”.
En el departamento de Avenida del Libertador, la policía secuestró una copia del DNI “tipo tarjeta” de Machuca y las llaves de un Citroën DS3 que, según informe de dominio, es del líder prófugo de la organización rosarina.
Escuchas. Pero las escuchas incluidas en la causa también dejan traslucir su rol en la compra de municiones y armas en el mercado negro. El 21 de mayo de 2013, pasadas las 11.30 de la mañana, “Monchi le pide a Mariano que le compre “un par de cajas de confites” (en alusión a balas), “de novillos” (en alusión a 9 mm), “de 38 años tiene el pibe éste” (en alusión al calibre 38) “y el otro tiene 22” (en alusión al cal. 22), Mariano le dice que lo llame, que él mientras va “haciendo eso en la casa de cotillón” (el lugar donde compran las municiones).
Los cruces telefónicos también dan cuenta de ciertas dificultades que se presentaban para conseguir el armamento. Siete días más tarde, Ruiz le dice a Monchi: “El de las municiones está todo cagado, no me quiso vender. Ahí hablé con Sergio, a las ocho y media de la mañana me pasa... me pasa todas las cajas”. Monchi: “Ah, ¿y para ahora tampoco te lo pudo, lo pudiste conseguir?”. Mariano: “No, te digo que está todo cagado, no me quería vender nada. Pero ya le pedí todo a Sergio, quedate tranquilo”. A Ruiz también se le adjudican contactos con policías que aseguraban protección y proveían de información a la banda.
El presunto lavador y dealer de municiones de Los Monos volvió a Buenos Aires pero continúa procesado. Tiene prohibida la salida del país, no puede salir de noche y tiene que presentarse cada 15 días ante la Justicia de Rosario. Esa situación puede cambiar en treinta días. Su abogado, Carlos Varela, adelantó a PERFIL: “Hay una causa abierta, pero se cerrará. Se hará un juicio abreviado en el cual se pactará una pena de prisión que puede ser de tres años”, indicó.
Un gran arsenal
La primera nota de este diario sobre el clan Cantero hizo hincapié en el fuerte armamento con el que cuentan sus integrantes. La compra de municiones y armas en el mercado negro es una pieza fundamental en el negocio narco que, según la causa contra Los Monos, cumpliría Mariano Ruiz.
En diciembre del año pasado, una inspección en el Batallón de Arsenales 603, ubicado en la localidad santafesina de Fray Luis Beltrán, detectó un faltante de 18.800 balas 9 mílimetros y 800 de 32. Fuentes judiciales reconocieron a PERFIL que gran parte de las municiones estaba en poder de Los Monos y que habrían sido utilizadas en, al menos, un homicidio relacionado con la guerra narco que se disputa en Rosario por el territorio. En octubre de 2014, Luis Bassi murió tras ser acribillado a tiros en la puerta de su remisería. Antes, mataron a dos de sus hijos, Maximiliano y Leonardo. Todos fueron ultimados con balas 9 mílimetros. Los investigadores creen que la serie de homicidios es parte de una venganza narco por el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero, ocurrido en mayo de 2013, y por el que está preso Luis “Pollo” Bassi, presunto líder de Los Garompa y ex jefe de la barra brava de Newell’s Old Boys.
