Ayer se inauguró el parque nacional El Impenetrable, que con 130 hectáreas constituye el área protegida más extensa del norte argentino y la más importante para la conservación del bosque chaqueño.
Está ubicado entre los ríos Teuco-Bermejo y Bermejito, en el espacio que antes se conocía como Estancia La Felicidad, y permitirá proteger a una gran variedad de flora y fauna silvestre, entre las que se encuentran especies en peligro de extinción como el yaguareté, el tatú carreta, y el águila solitaria.
En 2014, se aprobó una ley para la creación de este nuevo parque nacional impulsada por el senador chaqueño Eduardo Aguilar. El proyecto fue apoyado por más de treinta organizaciones sociales, empresas y el Estado provincial, con el objetivo de convertir el área en una zona protegida, y así evitar la caza indiscriminada y el desmonte.
“Se trata del bosque seco más grande del mundo, y era el que más se estaba destruyendo. Hoy estamos empezando a dar vuelta esa historia. Este es un proyecto ambiental pero que incluye también una gran iniciativa de desarrollo social”, explicó durante la inauguración del predio Emiliano Ezcurra, vicepresidente de la Administración de Parques Nacionales.
El funcionario recordó que, en los seis años que tardó su construcción, “hubo una guardia permanente para evitar que ingresen cazadores furtivos o cualquier otra persona que quisiera hacer algún daño al medio ambiente”.
Con el nuevo parque, se termina de conformar un corredor natural en el Litoral del país, que junto a los Esteros del Iberá y las Cataratas del Iguazú, se convirtieron en grandes atracciones por su riqueza natural y, en el caso del Impenetrable, la posibilidad de conocer la cultura de comunidades originarias, como la quom, wichí y criolla.
El lugar tiene una diversidad única: Chaco posee alrededor de 500 especies de aves, lo que la convierte en un área privilegiada para ese tipo de turismo, que recibe miles de visitantes por año.