Los resultados de una serie de pericias complican más a Julio Benítez, el motorman del tren chapa 5 que el pasado sábado chocó contra el andén de la estación Once y dejó cerca de un centenar de heridos. Según los registros del GPS de la formación, el conductor violó en diez oportunidades la velocidad máxima permitida en el trayecto Moreno-Once.
Los registros señalan que Benítez ingresó el tren a la estación cabecera a 22 kilómetros por hora, cuando lo debía haber hecho a 12. También excedió la velocidad límite de 60 km/h entre las estaciones Paso del Rey y Merlo (65 km/h), entre San Antonio de Padua e Ituzaingó (63 km/h), en el trayecto que va de Castelar a Morón (68 km/h) y desde Morón hasta Haedo (63 km/h).
El GPS marcó que a las 6.58 de la mañana, mientras hacía el tramo Haedo-Ramos Mejía, el tren circulaba a 69 km/h y luego, a las 7.02, iba a 73 km/h. Entre Ramos Mejía y Ciudadela circuló a 69 km/h y en una parte del trazado, entre Villa Luro y Flores, donde la máxima es de 30 km/h, las mediciones arrojaron que la formación pasó a 42 km/h. Ese registro corresponde a las 7.16. Cuando ya había pasado la estación Caballito, la formación se desplazaba a 68 km/h.
Benítez está imputado por el delito de estrago con lesiones y continuará detenido al menos hasta la semana que viene, cuando el juez federal Ariel Lijo resuelva su situación procesal. Familiares contaron a PERFIL que luego de la declaración indagatoria del jueves, Benítez pasó la noche en el penal de Ezeiza y ayer fue trasladado al Hospital Ramos Mejía, donde el lunes será intervenido quirúrgicamente por la rotura del tabique nasal sufrida el día del accidente.
Las pericias psicológicas que se le realizaron ya están completas. Fuentes con acceso a la causa informaron a PERFIL que el informe final habla de una disociación entre lo que Benítez relata y lo que habría sucedido. Además, explicaron, los síntomas que describe haber tenido durante el viaje y por los que al parecer no logra recordar lo que sucedió, no corresponden a ninguna patología. Benítez, agregaron, es una persona sana.
Las otras pruebas que Benítez suma en su contra son el ocultamiento y la destrucción del disco rígido de la formación, que almacena las imágenes de la cámara de la cabina. También que es suya la sangre hallada en el disco, en la gaveta y en la mochila que la policía le sustrajo al llegar al hospital.
Fuentes judiciales confirmaron que la semana próxima el juez Lijo definirá el procesamiento del motorman –podría quedar en libertad en caso de que entienda que no existe peligro de fuga ni de que dificulte el curso de la causa– y, además, investigará su trabajo en la empresa como también los exámenes, la contención psicológica y los aptos psicofísicos que se les realizan a los conductores.
Boletín oficial. El Gobierno formalizó ayer la decisión de reestatizar el control de la línea Sarmiento. También publicó en el boletín las nuevas medidas de seguridad para el transporte ferroviario, anunciadas el miércoles pasado.