Fernando Cortez (52) vive en medio de la nada. Su casa está ubicada al pie del volcán Payún Liso en el departamento de Malargüe, Mendoza. Allí está solo con sus cuatro perros: Copito, Copita, Llancanelo y La Choca. Es un hombre de campo que armó su hogar en una cueva. Al ser un lugar de difícil acceso, su contacto con otras personas es casi nulo.
Entre los comentarios que circulan acerca de la vida de Cortez, hay uno que llama la atención. "Una vez enfrentó un puma", dicen en Malargüe. Y cuando accedió a la entrevista con Perfil.com contó la anécdota: "Una vez salí de la casa y ví que un puma estaba comiéndose una de mis chivas, así que empecé a correrlo y lo espanté". Él lo contaba con total naturalidad, acostumbrado a que en esos lugares es común cruzarse con este tipo de animales.
Cortez lleva un rosario y en algunos momentos de la charla incluye a Dios. Improvisa dos asientos con dos tarros de pintura y sonríe cuando se prende el grabador.
Perfil.com: ¿Cómo se hizo su casa?
Cortez: La parte del techo la hizo la naturaleza y después yo levante las paredes con piedras.
A Fernando no le importan los lujos ni el dinero. La ropa que tiene parece tenerla puesta desde hace tiempo y de hecho su mayor ingreso se produce para las fiestas, momento en que vende alguno de los animales que tiene y engorda durante el año.
Perfil.com: ¿De qué trabaja?
Cortez: Tengo mis propios animales: chivas, castrones y capones, que los uso para comer yo y en las fiestas los vendo así gano un poco de plata.
Perfil.com: ¿En qué gasta la plata?
Cortez: Compro algo de ropa, mercadería y agua.
Perfil.com: ¿Dónde duerme?
Cortez: Uso de cama esa frazada y el pellón (Pellejo curtido que se usa sobre la silla de montar).
Perfil.com: ¿Qué come?
Cortez: Acá tengo un cajón con papa y cebolla. A veces me hago un asadito o una sopa.
Perfil.com: ¿Fuma?
Cortez: Sí, tabaco.
No llega a ser un ermitaño porque de vez en cuando va a Malargüe y además cada vez que se acerca alguien por su casa, él lo recibe con mucha alegría y buena predisposición. Eso si, hay que sentarse donde se pueda porque el espacio no es mucho.
Perfil.com: ¿Va a la ciudad?
Cortez: Sí, de vez en cuando voy por alguna diligencia.
Perfil.com: ¿Tiene novia?
Cortez: Por ahora no.
Perfil.com: ¿Conoce Internet?
Cortez: No. ¿Qué es eso?
Después de la charla, que se prolongó durante varios minutos, Cortez saluda al cronista de esta nota, le extiende su mano y lo acompaña para despedirlo.
(*) cronista de Perfil.com, desde Mendoza.
