De carne suave, picante o cortada a cuchillo. De jamón y queso, pollo o capresse. Panceta y ciruelas. De humita o roquefort. Fritas o al horno, las empanadas se convirtieron en uno de los “emblemas de la gastronomía” argentina. A tal punto llega el fanatismo, que un estudio de la Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas de la República Argentina (Apyce) ubica a la empanada como el tercer alimento más consumido en el país detrás de la pizza y el asado. Además, la tradicional comida argentina integra el top five de las comidas más significativas junto a las milanesas y las pastas.
En la misma dirección, y junto a una de las Apps de delivery más utilizadas en nuestro país, Apyce elaboró un ranking de los gustos más solicitados. De acuerdo con este informe, el podio lo conforman las empanadas de carne suave, con un 20%, seguido por las de jamón y queso, con 19%, y en tercer lugar la empanada de pollo, con un 11%.
Según este ranking en el cuarto puesto figuran las tradicionales empanadas de carne a cuchillo, con un 10%, y después aparecen las de humita, con 7%. No se quedan atrás las de verdura, con 6%. Mientras que las de roquefort con jamón, carne picante y capresse siguen con el 5% de preferencia.
Por último, las empanadas de cebolla, calabaza y cheeseburger pelean el descenso: fueron elegidas solo por el 4% de los argentinos.
Por regiones. La empanada es una de las comidas más populares que forman parte de la identidad y la cultura gastronómica de cada región del país. En Catamarca, Jujuy, La Rioja y Salta, por ejemplo, la carne se mezcla con cubitos de papa, mientras que en Jujuy suelen agregar arvejas.
En Tucumán, el relleno de matambre vacuno es muy popular y la proporción de carne es mayor que la de otros ingredientes.
También es común utilizar pollo como relleno. En el NOA y parte del Litoral, se agrega charqui, y en algunas regiones, como Santiago del Estero y San Luis, se usan pasas de uva y aceitunas.
Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca argentino, en 2010 se calculó que diariamente los argentinos consumieron 10 millones de empanadas. El dato surgió de analizar la cantidad de tapas de empanadas vendidas a nivel “industrial” durante ese año.
El resultado arrojó que cada argentino consumió anualmente en promedio 1,4 kilos de tapas frescas.