SOCIEDAD
segun un informe

En 2009 el Gobierno decía que no era posible el corredor 9 de Julio

Paradas. Hace tres años se dudaba de su impacto visual.
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La existencia de diferentes proyectos orientados a implementar carriles exclusivos para el transporte público de pasajeros sobre la avenida 9 de Julio había motivado al gobierno porteño a estudiar el tema a fines de 2009. Y desde Bolívar 1 le encargaron a la consultora privada AC&A un informe sobre los pros y contras de la obra y su puesta en marcha.
El escrito, al que tuvo acceso PERFIL, fue tomado como referencia por el Gobierno para rechazar estas iniciativas. Por aquel entonces, las desventajas pesaron más que las ventajas y el plan quedó postergado.
Hoy, con la obra inaugurada, resulta curioso leer que hace casi cuatro años entre las contras de proyecto figuraban, por ejemplo, los giros desde la avenida para los autos particulares o la difícil accesibilidad que podían tener los pasajeros para llegar a las paradas, en el centro de la avenida. En ese sentido, el informe indicaba que “el confort de los usuarios durante la espera de los buses sería notablemente deteriorado frente a cualquier inclemencia climática (vientos fuertes, lluvias, bajas temperaturas, etc.)”. Otra de las desventajas tenía que ver con “la falta de seguridad” para los usuarios, puesto que “se ven en las plazoletas grupos de personas, en aparente condición de indigencia o de pertenencia a sectores de bajos estratos sociales, que duermen o pasan el día en las mismas, en algunos casos en estado de ebriedad”.
El trabajo también incluía una visión crítica sobre “el impacto visual que ocasionaría en el entorno de la avenida la implantación de la sucesión de los refugios para los pasajeros en los canteros laterales de la 9 de Julio, teniendo en cuenta la gran cantidad de los mismos que habría que disponer, en promedio a razón de tres o cuatro por cuadra”.