“En la Argentina está todo listo para que pueda darse la despenalización del aborto, ya que cuando se tiene un empuje social muy fuerte, lo que hay que pensar es qué tanto esa presión obliga a la decisión política. Y si bien esta última es muy importante, sin sustento social no va a ningún lado.” Quien habla es la jurista mexicana Leticia Bonifaz Alfonso, que en 2007 tuvo a cargo la defensa de la ley de despenalización del aborto en el DF.
De paso por el país, presentando la muestra Derecho a decidir. Aborto legal en la Ciudad de México: un modelo para la región en el C.C. Borges, destaca los rasgos más significativos de su sanción.
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Para Bonifaz, el país está listo a nivel social para dar el debate, y remitiéndose al caso del DF resalta que la decisión del gobierno fue determinante, ya que contaba con mayoría parlamentaria.
Si bien las posturas de los legisladores variaban, el apoyo de las organizaciones sociales a nivel argumentativo fue vital para la defensa general de la ley. En ese contexto, sostiene que “la despenalización social siempre es previa a la jurídica, y para esa combinación se requiere voluntad política, que serían los factores clave”.
A la fecha, 104 mil mujeres se han sometido a una interrupción voluntaria del embarazo en Ciudad de México, donde se establece la legalidad del aborto hasta la semana 12.
La ley sirvió también para romper con mitos, como que las adolescentes iban a ser quienes más solicitaran la práctica. “En su mayoría se trata de amas de casa, católicas, que tienen ya otros hijos”, explica. Y en relación con los casos de muertes maternas, destaca que la curva ha ido descendiendo en los últimos años, aunque –aclara– aún no puede atribuirse directamente a esta política pública.
Consultada acerca de si la elección de un papa argentino podría demorar la situación en Argentina, cree que es un factor a considerar. Para Bonifaz, ésa es la clave de tener un Estado laico, como México, ya que “si se deja que la Iglesia diga lo que es pecado y el Estado lo que es delito no tenemos problema. Pero si uno se mete en la esfera del otro, ahí empiezan”.
