En la entrada, una fuente de agua con peces de colores y grandes espacios paisajísticos pletóricos de verdes definen el estilo de esta amplia propiedad y el gusto vivencial de sus dueños, un matrimonio con cuatro hijos, que hicieron allí, en el barrio cerrado Martindale Country Club de Pilar, su lugar en el mundo. La compraron hace unos dos años, la refaccionaron y ampliaron, –el estudio Ricardo Pereyra Iraola fue el responsable–, y la convirtieron en su hogar, detalle por detalle, objeto por objeto. El resultado está a la vista.
Una de las reformas consistió en hacer una gran galería, con sectores diferenciados e independientes, y un importante quincho. También se construyó un playroom, luminoso, con amplios ventanales y con paredes en verde Iberá revestidas en Tarquinil y aberturas en blanco que realzan todo el ambiente en general, que se comunica con la cocina, el comedor y una de las galerías. Este es uno de los ambientes preferidos y más vividos por la familia.
Espacios que invitan al encanto
Enclavada en un entorno paisajístico de ensueño, esta casa de Pilar sorprende por la combinación de ambientes externos e internos. Fotos.
