La extensión del estacionamiento medido (con parquímetros) a diferentes barrios de la Ciudad ya es ley y la preocupación de vecinos y ONGs por la medida va en aumento. Si bien no se pagará lo mismo en todos lados, en las zonas más caras, dejar el auto en la calle costará lo mismo o aún más que en una playa de estacionamiento privada.
La norma sancionada en la sesión del jueves fija la extensión del estacionamiento medido, de los 8 mil espacios actuales, a unos 150 mil. En total, se calcula que en la Ciudad hay unos 334 mil lugares.
Según el cuadro tarifario que manejan en el Gobierno porteño, en las zonas donde corra la tarifa progresiva habrá que pagar $ 6 la primera hora, $ 8 la segunda, $ 10 la tercera y $ 12 a partir de la cuarta. Es decir, para alguien que trabaja y debe dejar su auto en la calle por al menos nueve horas, la alternativa más económica la va a encontrar en un garaje y no en el parquímetro.
Media estadía en un estacionamiento puede costar entre 50 y 150 pesos, dependiendo de la zona. En general, estas playas ofrecen por 12 horas un espacio bajo techo y al resguardo de posibles daños. Con la nueva ley, en cambio, el dueño del vehículo que quiera estacionar junto al cordón deberá desembolsar $ 132 por la misma cantidad de horas.
“Sin dudas va a haber un incremento en el precio de los garajes y también en la comercialización de las cocheras de edificios. Sobre todo en barrios como Flores, donde hacen falta más estacionamientos para atender la demanda. En Nuñez, por ejemplo, una cochera por 12 horas cuesta unos $ 75. Con la nueva ley, el que quiera estacionar en la calle va a tener que pagar casi lo mismo por la mitad del tiempo”, explicó a PERFIL Alberto Súcari, director de Ecocheras y especialista en el negocio inmobiliario de estacionamientos.
Distintas ONGs también ven con preocupación el desembarco de los parquímetros en los barrios. Juan Chavarri, presidente de la Asociación Vecinal No al Parquímetro, dice que por ahora no planean medidas al respecto, pero no oculta su descontento con la ley. “El problema va a decantar solo. Cuando vayan a instalar los parquímetros la gente va a reaccionar, tal como pasó con otras medidas que terminaron siendo a prueba y error”, señaló.
Por su parte, Javier Miglino, de la ONG Malditos Parquímetros, confirmó a PERFIL que presentarán “un recurso de amparo ante la Justicia para que revise los alcances de la ley, que a nuestro entender es excesiva y que apunta a recaudar. Por eso el sistema se instalará en los barrios más ricos”, subrayó.
