Que tienen serias dificultades en comprensión de textos, que no acatan las consignas de los docentes ni respetan la figura de la autoridad. Estas son algunas de las quejas más frecuentes, entre los directivos y profesores de enseñanza secundaria en Argentina a la hora de hablar de sus alumnos. Pero la cuestión es más grave de lo que parece.
Un estudio reciente realizado por el Programa Internacional de Evaluación de Alumnos (PISA) financiado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya había adelantado estas conclusiones que ponen el acento en las deficiencias que los estudiantes argentinos mayores de 15 años tienen en materia de lectoescritura. Y eso no es todo.
Otra parte del informe, realizado entre jóvenes de 75 países, revela que los alumnos secundarios argentinos encabezan el ranking de indisciplina y desatención dentro del aula, seguidos por los de Grecia y Finlandia.