A 12 días del inicio de las llamas, el incendio de bosques nativos en las cercanías de la localidad chubutense de Cholila afectó hasta el momento unas 20 mil hectáreas, y ahora el Parque Nacional Los Alerces se encuentra amenazado por el fuego que avanza hacia el sur. Una pequeña esperanza asoma con el pronóstico de lluvias para el lunes, aunque sólo anuncian 5 mm.
El plan de emergencia para combatir el incendio incluye seis aviones hidrantes, pero ayer, por la gran cantidad de humo, no fue posible realizar ninguna tarea.
PERFIL consultó a un grupo de especialistas para determinar si la Argentina cuenta con los instrumentos necesarios para combatir este tipo de incendios, y cuál es la metodología empleada en otros países.
El jefe del Sistema Federal del Manejo del Fuego, Jorge Barrionuevo, explicó a este diario que el organismo cuenta con 19 aviones hidrantes para todo el territorio nacional. Otros siete realizan tareas de observación, es decir, recorren la zona afectada para analizar el alcance del fuego.
Sobre la cantidad de aviones en uso, el licenciado en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Javier Grosfeld explica que cada año se actualiza el índice de riesgo de incendios donde se evalúan las temperaturas de la zona, el nivel de humedad, las frecuencias de focos de fuego, entre otros parámetros. Así se establece la cantidad de unidades hidrantes que serán repartidas por temporada en cada punto del país.
“De noviembre a marzo es la temporada alta de incendios en el sur y por eso tienen prioridad el uso de los aviones en esas zonas. Sólo en Bariloche en esos meses se cuantifican mil focos de incendio y por ese motivo tienen tres aviones a su disposición. En el resto de la Patagonia la frecuencia de focos de fuego es menor, pero con el clima actual y la sequía el panorama no es el mejor para combatir las llamas”, suma.
Por su parte, Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, sostiene que la clave está en la inversión de mejores equipos y aviones. “Actualmente existe un buen control del fuego, lo que destaca a Argentina del nivel de Sudamérica. Pero sería ideal actualizar las naves para disminuir los tiempos de apagado de incendios en condiciones acordes”, sostiene. Grosfeld coincide: “En comparación con otros países del mundo tenemos una flota acorde a nuestros problemas del fuego, pero podrían ser aviones de mayor capacidad los que se utilicen y así se notarían grandes diferencias. En casos de gran fuego o de avance veloz nada más que la lluvia detiene la catástrofe”, dice. Giardini comenta que los aviones hidrantes de Canadá o Francia tienen 200 mil litros de capacidad y otros permiten cargar agua de lagos. Los que se utilizan en el país sólo llevan hasta 2 mil litros.
El piloto voluntario Daniel Roy Wegrzyn, quien participa en acciones de combate del fuego, coincide con los expertos. “Los hidrantes operando en Argentina son aviones agrícolas adaptados al combate de incendios, que si bien cumplen una tarea meritoria y sus pilotos son personas muy comprometidas con ella, presentan fuertes limitaciones, como la carga en tierra, que obliga a contar con pistas cercanas, mucha logística y usar mucho tiempo entre disparos, a lo que se suma la poca capacidad de carga”, escribió en su cuenta de Facebook.