El Papa Francisco expresó su preocupación y, en una entrevista para la revista La Cárcova News, afirmó: “Con respecto a Argentina, puedo decir sólo esto: hace 25 años era un lugar de paso de la droga, hoy en día se consume. Y no tengo la certeza, pero creo que también se fabrica”.
Ante estos dichos, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que Argentina, según la Organización Mundial de la Salud, no es un país de consumo: “La ONU nunca le ha dado esa valoración y mucho menos ha considerado que la Argentina es un país de consumo. La última vez, en el año 2008-2009, siendo ministro de Justicia, hicimos una encuesta de hogares, que arrojó un mínimo ascenso de cocaína y marihuana, y sí había un asombroso ascenso del alcohol y de drogas legales".
Bajo la misma línea, el titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), el padre Juan Carlos Molina, reconoció que "hoy cualquier tipo de droga está al alcance" de los jóvenes y afirmó que Argentina "está lejos de ser un país productor, tanto de cocaína como marihuana”.
Francisco habló del narcotráfico en general y dijo que “hay países que son esclavos de la droga y nos preocupa. Lo que más me preocupa es el triunfalismo de los traficantes. Esta gente ya canta victoria, han vencido, han triunfado”. Ante esto, el padre Molina replicó que aunque las drogas estén “al alcance de los pibes”, no se puede tomar como “como un triunfo, si se quiere, del narcotráfico”.
A pesar de la negación del Gobierno Nacional, el precandidato para Jefe de Gobierno pr el partido Bien Común y titular de la ONG La Alameda, dijo que "Francisco está perfectamente al tanto de que en la Argentina existen cocinas de clorhidrato de cocaína".
Vera, afirmó que el Papa tiene información sobre el narcotráfico en Argentina que "proviene de varias fuentes de la Iglesia".
No es la primera vez que el Papa Francisco habla sobre la droga en Argentina. A mediados de febrero, se hizo pública la carta privada que le envió a Gustavo Vera, en donde manifestaba su preocupación por el tema: “Ojalá estemos a tiempo de evitar la ‘mexicanización’. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror”.