La conmemoración por la "Noche de los cristales rotos", que intentó ser un acto interreligioso, terminó en escándalo cuando un grupo de "ultracatólicos" lefebvristas tomaron el micrófono y repudiaron la presencia de judíos en la Catedral Metropolitana. En el punto más álgido de la protesta, un sacerdote le disputó el altar al líder de los manifestantes y pidió "no entrar en ese acto de provocación".
Se trata del cura Fernando Giannetti, responsable de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Arquidiócesis de Buenos Aires, quien enfrentó a los fanáticos ultraconservadores, primero con el cuerpo y después con la palabra. Hoy, al ser entrevistado por Perfil.com, relató cómo vivió el escrache y calificó como un "virus en el cuerpo social" a la facción protagonista del escándalo.
"Se supone que algo como lo que se conmemoraba ayer, la más grande persecución entre religiones, debería estar penado por toda la divinidad de Dios", explicó el sacerdote. Además, enojado por lo sucedido, se despachó contra los lefebvristas: "No era una misa, era una conmemoración, entendieron todo para el carajo".
- Perfil.com: ¿Qué fue lo que pasó ayer?
- Fernando Giannetti: Fue una sorpresa, yo escuché dos horas antes que estaban convocando a hacer eso, pero no me imaginé que iban a entrar. Pensé que se iban a quedar afuera. Acá eran seis tipos, ellos entraron, en un momento el líder les dijo 'larguemos' e instatantemente se paran y se ponen a cantar el Ave María. Le sacaron el micrófono a la señora que guiaba a nuestra comisión. Para que no forcejeen, los fui a ayudar. El tipo, un desubicado. El obispo dijo que hasta que no se fueran no empezábamos nada.
- Ellos se definen como "católicos ultraconservadores". ¿Usted los conocía?
- Para mí, es una secta ideológica. Ellos no son católicos, no cumplen con el magisterio católico. Lo que hicimos anoche estaba planteado por el Concilio Vaticano II. Acá no se celebró ninguna misa, ni se pretendía celebrar una misa. Ellos entendieron todo para el carajo, perdón por el término. Esto es como un virus en el cuerpo social. Gracias a Dios, fue más la gente que participó y que no nos enganchamos en polémicas.
- ¿Por qué dice que es una secta?
- Porque responde a todas las características de un movimiento sectario: hay un líder, un lavaje de cabeza y un grupo que quiere imponer su punto de vista sin considerar ni respetar a los demás.
- El líder de los lefebvristas en América del Sur respaldó la protesta y dijo que "no se celebra una misa en una sinagoga".
- Se ve que no saben nada de lo que pueda decir un sacerdote. Esto demuestra, pobres, lo obtusos que son. Esto no era una misa. En la Iglesia no sólo se celebran misas. Un responso no es una misa. Son intolerantes que quieren poner su punto de vista. Agradezco a todos los que no entraron en la provocación, pero claro, siempre hay un minúsculo grupo de intolerantes. Porque son intolerantes y quieren poner siempre su punto de vista.
- ¿Cree que esto demuestra que aún hoy las persecuciones religiosas son moneda corriente, incluso en nuestro país?
- Hoy día por ser cristiano, te matan. No es algo solamente de una religión o de un lugar determinado. Nosotros trabajamos en conjunto con otras comisiones y, algo que me resulta inentendible, una persecución como la que se conmemoraba ayer, tiene que estar penada por toda la divinidad de Dios, ¿o yo estoy loco?
- Después de lo que pasó, el evento trascendió sólo por el escándalo y no por el mensaje que se buscó dar. ¿Qué imagen le gustaría que quede?
- Sí, es una lástima, pero eso es culpa de ustedes, los medios, porque hablan de la conmemoración por la polémica. Si se está conmemorando el inicio de una persecución como esta, había que reflexionar para ser más tolerantes, aprender a convivir con el otro. No hay una dignidad humana de Dios que no tenga que ser respetada. Pero el mensaje, esta gente no quiso que celebre el mensaje.
(*) De la redacción de Perfil.com | En Twitter: @PatoCaruso