SOCIEDAD
El Cdigo Alimentario baj el lmite de tolerancia

Hay cuatro millones de argentinos en riesgo por tomar agua contaminada con arsénico

Su consumo prolongado puede producir cáncer y enfermedades de la piel. La llanura pampeana es la región más afectada.

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| Cedoc

Las cifras que manejan los investigadores son alarmantes: alrededor de cuatro millones de argentinos se encuentran en situación de riesgo por consumir a diario agua contaminada con arsénico.

“La región más afectada es la llanura pampeana: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa”, sostiene Marta Litter, doctora en química, investigadora del Conicet y de la CNEA y coordinadora de la Red Iberoarsen, que nuclea a 10 equipos de investigación sobre el tema.

Sin embargo, también se encuentran evidencias de arsénico en el agua de algunas localidades de Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Chaco y hasta Río Negro y Neuquén, agrega.

Según el estándar establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y adoptado el año pasado por el Código Alimentario argentino, el nivel de arsénico no puede superar los 0,01 miligramos por litro de agua.

¿Cuál es el riesgo? El consumo prolongado de agua contaminada con arsénico puede provocar enfermedades de la piel y hasta cáncer.

Según la OMS, “la exposición prolongada al arsénico provoca cáncer de piel, pulmones, vejiga, riñones, y otro cambios en la piel, como cambios de pigmentación y engrosamiento”, enfermedad conocida como hidroarcenismo.

“El HACRE es la enfermedad causada por el consumo prolongado de agua con arsénico. Se puede desarrollar después de 5, 10 o 15 años de exposición”, sostiene Ana Clara Acosta, especialista de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), que esta semana realiza una campaña de concientización.

Según Acosta, esta enfermedad tiene varios signos visibles. Los pacientes presentan “ queratodermias (engrosamiento de las palmas de las manos, las plantas de los pies y otras lesiones que se parecen a las verrugas), manchas en la piel (en el tronco o en la espalda) y tumores”.

Una particularidad de los pacientes que desarrollan cáncer de piel como consecuencia del consumo de arsénico es que los tumores se encuentran, generalmente, en zonas no expuestas al sol (en el torso o en las piernas, por ejemplo) y en mayor cantidad que en los enfermos comunes, explica.

Estudios recientes vincularon además el consumo prolongado de agua con arsénico con la aparición de diabetes. Una investigación de la prestigiosa facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, determinó que, “incluso a niveles considerados sin riesgo, el arsénico estaría vinculado a la diabetes en adultos”, informó recientemente la agencia AFP.

¿Cómo quitar el arsénico del agua? Pese a que existen varios métodos para remover arsénico, por el momento ninguno se utiliza masivamente en los hogares afectados. Está el problema del costo, pero también el de la implementación.

”En países como la Argentina, el foco está en desarrollar métodos para remover arsénico que sean económicos”, sostiene Paola Sabbatini, ingeniera química que integra un equipo de investigación del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), coordinado por la doctora María Marta Fidalgo.

“El método debe ajustarse a las necesidades domésticas de una familia de bajos recursos pero no tiene que ir en contra de sus costumbres. Si se les instala una planta de tratamiento en el jardín van a ser reticentes a incorporar los procedimientos a su vida cotidiana”, ejemplifica Sabbatini. El sistema utiliza membranas cerámicas que contienen partículas de óxido he hierro, que retienen el arsénico del agua.

Mientras tanto, el equipo que dirige Litter en la CNEA ya tiene un método listo para ser probado en los hogares. “Tuvimos muy buenos resultados y creemos que se puede aplicar en zonas aisladas”, sostiene. Lo que falta, en este caso, es una campaña para explicarle a los habitantes de las zonas afectadas cómo utilizarlo.

Legislación. Pese a que algunos años atrás se consideraba que los afectados eran alrededor de un millón, el número de personas consideradas en riesgo aumentó significativamente desde que el Código Alimentario argentino bajó de 0,05 a 0,01 miligramos por litro el límite tolerable.

Hoy, las empresas proveedoras de agua potable deben adaptarse a este nuevo límite. “Para aquellas regiones del país con suelos de alto contenido de arsénico, se establece un plazo de hasta cinco años para adecuarse al valor de 0,01 mg/l”, determina el artículo 982 del Código Alimentario.

Los expertos consideran que cinco años es demasiado, sobre todo teniendo cuenta que incluso antes de que se bajara el límite de tolerancia las empresas no cumplían. “Depende de cada organismo, pero cinco años es suficiente para que una persona se enferme”, asegura Acosta.

*Redactora de Perfil.com