La llaman "virgen abortera", pero su nombre original es María Feminista. La obra consiste en una estatuilla de yeso de 75 centímetros que representa a la virgen con una particularidad: tiene un pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal pintado en su rostro. Cuando la artista plástica Silvia Lucero la creó en el año 2017 sabía del disgusto generaría en algunos sectores religiosos. Lo que jamás imaginó fue que necesitaría la ayuda de abogados para revertir una medida judicial que impide su exhibición.
"La orden vino de arriba", aseguró a PERFIL Kekena Corvalán, curadora de la muestra para ‘Todes, tode’ donde la obra comenzó a exhibirse el 9 de mayo y que se desarrolló en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti ubicado en la Ex Esma. El día de la inauguración un grupo de personas identificadas con la agrupación La Marcha de los Escarpines pidieron que la obra sea retirada. Un día después, la Secretaría de Derechos Humanos a cargo de Claudio Avruj manifestó a través de Twitter que de haber conocido el contenido de la muestra "hubiese objetado su exhibición".
Después llegaron los llamados del director del C.C. Haroldi Conti, Alex Kurland. “Me llamó para pedirme que la saque y me dijo que la orden venía 'de arriba de todo'. Yo le dije que no, hablamos muy cordialmente, pero al final me dice: 'Si no la sacás vos, la vamos a terminar sacando nosotros y va a ser peor’. Le dije que eso era censura, pero no hubo manera", contó Corvalán.
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Un mes después, un grupo de abogados católicos presentó un amparo con medida cautelar para removerla. El pedido fue concedido de forma parcial por el Juzgado Contencioso Administrativo Federal n°10 a mediados de abril. El juez Esteban Furnari dispuso que sea trasladada a una oficina cerrada, con la prohibición de ingreso a niños y adolescentes, a la cual sólo se podía entrar a través de un registro. La Secretaría de Derechos Humanos no apeló y el 4 de mayo resolvió retirar la obra definitivamente y guardarla bajo llave en una oficina administrativa. "Estamos en contra de toda forma de agresión que no puede justificarse dentro de los límites del arte", dijeron ante la consulta de este medio.
"Con el argumento de que ofende a los católicos, el juez definió que se la separe de la muestra y que solo se pueda ver con un permiso. La decisión de sacarla y censurarla de forma total fue de la dirección del Conti, pero tampoco hay un acta que diga por qué se decidió ir más allá del fallo judicial, cómo la sacaron, quién la sacó, ni cómo fue esa acción", contó a PERFIL su autora, Silvia Lucero.
Conocida por su seudómino Coolpa, Lucero es una artista de 35 años que utiliza su arte como forma de expresión de su lucha feminista. La virgen del pañuelo forma parte de la serie Subversiones en la que la artista se abocó a representar "el desplazamiento simbólico de un ícono religioso a un ícono popular". “Me centré en la intervención de los santos que yo más conocía. Lo que quería era apropiármelos para hacerlos más cercanos a mí. Ponerle una fe propia a algo que es impuesto”, describió.
Para crearla, Lucero se basó en el pasaje bíblico de la Anunciación en la que el Arcángel Gabriel le comunica a la virgen María que va a quedar embarazada de Dios, y plantea un escenario nuevo: ¿qué hubiese pasado si María se negaba? “Si hoy ocurriera eso, es decir, si hoy existiera una mujer que se entera que va a ser gestada por Dios, estoy segura de que ese párrafo sería mucho más amplio. Porque nos podemos preguntar si María tenía deseos de ser madre, si se podía negar y decirle que no a Dios... Hay un montón de preguntas más, que en el relato oficial, que está escrito por hombres, no están”, cuenta.
Con la representación del CELS, Lucero se presentó ante la Justicia para intentar revertir el amparo, pero no fue admitida como parte independiente en el proceso. “Hay una discusión de afectación de creencias religiosas. Es decir, hay una persona que asume la representación de todos los católicos de la Ciudad de Buenos Aires y dice que esa obra afecta sus creencias religiosas. Pero también está el derecho a la libertad de expresión. Son derechos que entran en tensión y lo que nosotros señalamos es que hay que darle prioridad a la libertad de expresión”, explicó a PERFIL Diego Morales, director de Litigio del CELS.
En este sentido, Morales también destacó que, fundamentalmente, la remoción de la estatuilla vulneró el derecho de la artista a mostrar su arte que debe ser resguardado “incluso cuando esa obra pueda ser provocadora, o moleste a algunos funcionarios, o creencias”.
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Aunque todas las obras que integran la serie contienen referencias al catolicismo, Lucero destaca que María Feminista fue siempre la que generó las reacciones más virulentas. “Lo que jode es el pañuelo”, aseveró. Tras pasar casi un mes sin tener noticias de su paradero, esta semana las autoridades del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti la contactaron para devolverle la estatuilla. A pesar del temor a futuras censuras, María Feminista ya se convirtió en un ícono de la lucha feminista. Este martes 28 de mayo, cuando se presente por octava vez el proyecto para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), la famosa estatuilla volverá a encabezar las marchas para pedir por el aborto legal, seguro y gratuito.
Antecedentes. En 2004 una muestra del artista León Ferrari que cuestionaba a la iglesia fue el blanco de una acción similar, por parte de la misma agrupación religiosa. En ese momento, y tal como sucedió ahora, el abogado Pedro Javier María Andereggen en representación de asociaciones católicas solicitó suspender la muestra. El pedido fue concedido por la jueza Elena Amanda Liberatori, pero fue apelado por el Gobierno.
“Lo que pasó en ese momento es que Estado salió a defender la libertad de expresión de León Ferrari y fue un debate jurídico muy relevante. Pero acá el debate jurídico no sucedió porque directamente el Estado retiró la obra”, explicó Morales.
CP