SOCIEDAD

Honduras, un paraíso sin autos ni electricidad

La Mosquitia es un mundo aparte, sin vehículos, ni electricidad y con mucho espacio para la confianza y la hospitalidad. Fotos .

Casa tradicional indígena en la región de La Mosquitia, Honduras.
| Bernd Kubisch/dpa

La amplia esplanada de hierba en el centro del pueblo de Belén sirve de pasto, campo de fútbol y pista de aterrizaje.

Conocedor del terreno, el piloto posa el Cessna con cinco pasajeros entre boñigas de vacas y montones de pasto. El vuelo desde la ciudad de La Ceiba, de una hora de duración, recorre islas, montañas verdes, lagunas y selva hasta Belén, junto a la región hondureña de La Mosquitia.

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El aterrizaje diario de un par de turistas es uno de los puntos álgidos del día en Belén, que se encuentra situada sobre una lengua de tierra entre las aguas del Caribe y una laguna.

"Aquí nunca pasa nada, no tenemos ni policía ni atracos, dice el capitán Lindolfo Guillén, mientras ayuda a una turista suiza a bajar su mochila. En las cercanas localidades de Palacios y Brus Laguna hay pistas de aterrizaje similares. La región es un crisol: muchos indígenas, algunos mestizos y garífunas, entre cuyos antecesores hay tanto esclavos de África como los pobladores originarios del Caribe.