Los
fiscales tendrán en sus manos la tarea de investigar. Habrá
una mayor posibilidad de conseguir la
excarcelación, pero habrá más
controles para aquellos que gozan del beneficio de
libertad condicional.
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Cedoc
El Gobierno impulsa una reforma penal para acortar los procesos judiciales. La iniciativa pone en mano de los fiscales la tarea de investigación. En muchos países, y desde hace décadas, los fiscales cuentan con la potestad de investigar. Así, se asegura una mayor imparcialidad. Sin embargo, en la Procuraduría General aseguran que no alcanza con la implementación de una reforma penal, sino que, además, es necesaria una asignación a las fiscalías de mayores presupuestos y más personal.
La reforma, por supuesto, contempla también otros temas. En principio, habrá una mayor posibilidad de obtener la excarcelación, pero, a la vez, un control más riguroso sobre los que gozan del proceso de libertad condicional.
A su vez, el querellante tendrá más facultades para llevar adelante el proceso. Tampoco se descarta la implementación de juicios por jurados, pero se sabe que es un tema conflictivo.
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También se contempla que el proceso de instrucción tenga más momentos de oralidad y menos formalismos escritos. Habrá, además, menos recursos de apelación y los jueces de cada tribunal oral podrán juzgar en forma unipersonal causas de menor importancia.
La reforma será impulsada debido a que el Gobierno reconoce que la Justicia está en crisis. El ministro de Justicia, Alberto Iribarne indicó al diario La Nación que “ la Argentina tiene que pasar a un sistema acusatorio más moderno, más rápido, para abreviar las causas y evitar que prescriban".
