Mientras que la Argentina continúa sin ley de subrogación de vientre, los argentinos buscan nuevos destinos para concretar el deseo de ser padres. Esta semana se hizo público el caso de una abogada santafesina, Elsa Saint Girons, casada con un español, que recurrió a esta técnica en una clínica de Nueva Delhi y tiene problemas legales para salir de la India.
Si bien EE.UU. cuenta con centros de fertilización en distintos estados, es el país asiático el que armó una verdadera industria que genera más de 350 millones de euros al año con los tratamientos realizados principalmente a parejas europeas. En la actualidad son varias las parejas argentinas que planean contratar el servicio, además de Elsa y su esposo.
Una pareja que pronto recibirá así a su bebé –Uma o Tobías– es la de Alejandro Grinblat y Carlos Dermgerd. Hace más de diez años que están juntos, se casaron en octubre del año pasado y luego de varios meses de averiguaciones alquilaron un vientre para agrandar la familia. A diferencia de Elsa, se aseguraron de que la Argentina reconozca al bebé como hijo de ambos.
“Más allá de que hacer los trámites en la India es más económico, es más organizado y se sabe cuánto se gastará, existe un plan de turismo médico, por lo que todo está aclarado en contratos para brindar contención tanto a la mujer que alquila su vientre como para nosotros como padres”, detalla.