Algunos productos culturales como el cine y la publicidad ocupan un lugar apreciable, en especial cuando se refieren al tratamiento de determinados contenidos que pueden ser perjudiciales para la salud, como el consumo de tabaco. Dada la facilidad para el sujeto de asimilar su contenido, el lenguaje audiovisual ha adquirido primacía en relación con otros medios. El cine –pensamiento en imagen– favorece el desarrollo de sistemas perceptivos, respuestas y procesos mentales distintos, por ejemplo, que la lectura. Privilegia lo sensitivo emocional por sobre lo abstracto, lo concreto por sobre lo simbólico, la forma por sobre el contenido y seduce emocionalmente, porque gratifica sensorialmente. Para algunos teóricos, los filmes pueden ser considerados un instrumento de formación.
Si bien esto podría cuestionarse, resulta innegable el rol y poder que ejercen las películas en nuestra sociedad. Muchos estudios psicológicos y psicoanalíticos dan cuentan sobre los efectos de los medios y su relación con las imitaciones, identificaciones y el modelado social. Advierten que los sujetos adquieren actitudes, respuestas emocionales y nuevos estilos de conducta a través del aprendizaje fílmico y televisivo, en especial los niños y los adolescentes.
*Psicóloga, especialista en adolescentes.