El nacimiento de un potrillo con dos cabezas y un cordero con malformaciones generó preocupación en los pobladores de Nonogasta, en el oeste de La Rioja, por lo que la Provincia anunció hoy que pedirá a la Nación un nuevo estudio ambiental por la presunta contaminación que estaría provocado la curtiembre de la familia Yoma.
Así lo anunció hoy el secretario de Ambiente de La Rioja, Nito Brizuela, luego de que vecinos de Nonogasta y Chilecito, situadas a 6 kilómetros de distancia, hicieran pública su preocupación porque en los últimos días nacieran animales con malformaciones.
Los pobladores atribuyeron esto a la contaminación con cromo que habría provocado la curtiembre a lo largo de los años que se encuentra instalada allí. Ya el año pasado culparon a la empresa de haber contaminado las fuentes subterráneas de agua potable, provocando un alto número de casos de leucemia en la población de la zona.
Brizuela reconoció en declaraciones a FM Fénix que todavía no envió a nadie a evaluar la situación, pero aseguró que s e pondrá en comunicación con la Secretaría de Ambiente de la Nación para solicitar un "nuevo relevamiento y análisis de efluentes y aguas en la zona de Chilecito".
Reclamará además que "se destraben los fondos para la terminación de la planta de tratamiento de residuos de la curtiembre", indicó.
Reconoció que se ha detectado hasta ahora contaminación con arsénico, pero no le encontró vinculación con los nacimientos de animales malformados.
Brizuela no descartó que el cromo sea causa de las malformaciones descubiertas porque pueden tener que ver con los "efectos sobre cambios genéticos, sobre todo en nacimientos", pero aclaró que "no hay estudio epidemiológico que indique que se haya afectado a seres humanos".
La población de Nonogasta y Chilecito denunció en reiteradas ocasiones la contaminación que, afirman, provocó la curtiembre, cuya planta despide un olor fétido que se siente a kilómetros a la redonda, según la dirección del viento.
Asimismo, advirtieron tiempo atrás que existe en la zona un número que sería mayor al normal de casos de cáncer.
La Curtiembre lleva más de veinte años en el lugar y es la principal actividad económica de la zona.
Los vecinos autoconvocados para reclamar soluciones ante esta situación, advirtieron que esa industria sería la única que podría provocar contaminación en la zona ya que aún no se ha hecho una planta de tratamiento de sus residuos.
Los vecinos contaron con el asesoramiento de médicos de la zona para darle consistencia a sus afirmaciones.